Nota Ciudadana
.Publicidad. Esa es la frase que escuché a todo pulmón una vez abordé, sin quererlo, el transmilenio en la estación de Marsella, cabe anotar que no me subí en el que me sirve, sino en el que me obligaron, luego de ser empujado hasta llegar aparatosamente al lugar asignado para las sillas de ruedas, que […]