Con cientos de crímenes encima como el del procurador Carlos Mario Hoyos, el sicario de Escobar vive tranquilamente en Murcia echando sermones y aconsejando fieles
Mueren atrapados en el lodo por las sequías que afectan la cuenca de este gran río mientras ambientalistas de distintas ONGs del mundo luchan por salvarles la vida
Poco a poco empieza a saberse la verdad sobre el crimen que perturba a Latinoamerica. Todo habría sido por que su mamá les cobró el arriendo a sus asesinos