Lo primero que hay que aclarar es que Colombia NUNCA ha sido gobernada por la izquierda, es de los poquitos países del mundo junto a Estados Unidos donde no ha existido un gobierno progresista en toda su historia.
Es como si un colombiano dijera "estoy mamado de comer arroz y caviar". ¿Cómo va a estar cansado de algo que nunca ha probado?
La frase parece inocente, fruto de la ignorancia política de la ciudadanía, pero no, el trasfondo es mucho más peligroso.
Dicho concepto es una especie de burundanga inoculada premeditadamente por el establecimiento para quitarle la voluntad y manipular al pueblo, igualando el desastre que ha resultado el gobierno de extrema derecha de los últimos años con la opción progresista.
Y el objetivo es que la ciudadanía escoja candidatos derechistas disfrazados de centro como el simpático Fico Gutierrez. O tipos de "centro" vacíos y sin carácter, como Sergio Fajardo, que garantizan la continuidad del mandato corrupto; mechudos que visten de jean para dar la sensación de frescura, de cambio.
Es como echarle color al arroz para que se lo sigan comiendo.