En los dos últimos días, me he topado en varios medios de comunicación con la noticia sobre el pésimo desempeño de nuestros estudiantes en la prueba PISA 2012, que ubica a Colombia en el puesto 62 de los 65 países participantes. Pero al margen de lo preocupante del tema de la noticia, resulta más preocupante aún, por lo paradójico, la dudosa calidad de los artículos publicados. Aquí un ejemplo tomado de la Revista Semana, publicado el 3 de diciembre: http://bit.ly/IHsZnA*
Sin reparar en el título de mal gusto ni en el flojísimo comienzo del texto, me sorprende aún más la superficialidad de la nota, la falta de investigación, pero sobre todo, lo mal escrito. Ni hablar del manejo de signos de puntuación, el uso de conectores y la ilación de los argumentos.
El autor o la autora no sólo no tiene ni idea de educación, ni de las pruebas PISA, sino que tampoco es capaz de sustentar su perspicaz tesis de "brutos pero felices". En cuanto a la vaga y criticable noción de “felicidad”, me pregunto si al menos se le ocurrió visitar la página de la OECD donde se encuentran los resultados originales. Porque yo los he examinado una y otra vez y por ningún lado encuentro un concepto relacionado con lo que este periodista llama “felicidad”. Existe sí un módulo de la prueba orientado a evaluar la motivación y la disposición de los estudiantes hacia el aprendizaje, así como la autoconfianza y la participación en tareas matemáticas. También hay otro donde se miden factores relacionados con la calidad del ambiente de aprendizaje, tales como las relaciones estudiantes-profesores, el clima disciplinar, entre otros. ¿De dónde sacó esta idea?
En cuanto al término peyorativo “bruto” no creo que falte argumentar el por qué de la bajeza e imprecisión al emplearlo, más aún cuando se trata de un tema concerniente a la calidad educativa. No hay que haber estudiado pedagogía para intuir que si hay algo nocivo para los procesos de aprendizaje es justamente el uso de este tipo de adjetivos categóricos que, desde hace mucho, están mandados a recoger en los contextos escolares.
La pobreza, tanto en forma como en contenido, del artículo pone en evidencia, efectivamente, las graves falencias en competencias básicas en Colombia. Me pregunto cómo le iría al o la periodista en la prueba PISA, especialmente en el área de lectura.
En definitiva, y dejando de lado los cuestionamientos al diseño y la medición de las pruebas PISA, lo que los bajos resultados de Colombia demuestran es que, efectivamente, hay un gran problema en la calidad de la oferta educativa que reciben los niños y jóvenes colombianos en comparación a otros países. Y si a alguien no le parece suficiente evidencia dichos resultados, el artículo en mención representa apenas una muestra de cómo estos niños y jóvenes llegan al mundo del trabajo, desempeñándose como profesionales con serias deficiencias en áreas básicas como lenguaje.
Nota 1: Semana tiene la política de publicar sus artículos en nombre de la revista y no bajo el nombre propio de un periodista. Esto es respetable e incluso valorable. Pero por favor que alguien le haga una retroalimentación al autor o autora de esa nota. Lo que tal vez este(a) periodista nunca tuvo fue un sistema educativo de calidad, uno en el que seguramente se toleraba llamar “bruto” a un estudiante.
Nota 2: Aquí un extracto de un artículo sobre el tema en la misma revista para que juzgue el lector.
* El título ya fue modificado.