El paro nos afectó a todos los colombianos. Unos de los más perjudicados, de nuevo,
fueron los cerca de 10 millones de estudiantes de los colegios públicos y privados que tuvieron que quedarse en sus casas. Y los padres, por supuesto.
Varias encrucijadas: Por ejemplo, mujeres cabeza de hogar que, con paro o sin paro, debían ir a su lugar de trabajo ¿qué hicieron con los niños pequeños que, de forma inesperada, no podían ir a sus escuelas y colegios?
Y otro gran desafío que nos recordó el 2020: las clases virtuales entre miércoles y viernes volvieron a estar en la agenda de muchos establecimientos educativos. La incertidumbre acerca de la fecha de terminación del movimiento trajo de vuelta la pregunta del acceso a internet y a los dispositivos como los computadores y las tabletas. ¿Cómo van las inequidades en esa materia?
En agosto pasado el Dane publicó los indicadores de tenencia y uso de las tecnologías de la información en hogares, correspondientes al 2023. La lectura del informe deja un sabor agridulce que se puede resumir en una frase: En Colombia se han hecho grandes avances en conectividad a internet; sin embargo, las brechas, especialmente entre campo y ciudad, son considerables.
Como en Cien años de Soledad, centenares de miles de niños nacen marcados, como los Aurelianos, con la cruz de la desconexión a internet y la falta de acceso a un computador. Las consecuencias en la educación son inmensas, como lo han mostrado análisis de lo ocurrido en pandemia.
Algunos hechos notables del informe:
El estado actual de la conectividad en Colombia revela que, a nivel nacional, el 63,9 % de los hogares tiene acceso a Internet. Sin embargo, esta cifra oculta disparidades significativas entre áreas urbanas y rurales.
Si comparamos con el informe del 2020, el aumento de conectividad fue de más de 7 %, un crecimiento en tres años que puede calificarse de aceptable.
Sin embargo, al examinar las cifras por regiones, son evidentes grandes desafíos. En Bogotá el 78 % de los hogares está conectado, pero en el Vichada sólo el 9 % de los hogares accede a internet. Andan también mal el Chocó, el Vaupés, Amazonas, que contrastan con Santander, el Eje Cafetero, Antioquia.
Andan mal el Chocó, el Vaupés, Amazonas, que contrastan con Santander, el Eje Cafetero, Antioquia
El hueco más notorio es el que existe entre campo y ciudad. Aunque no se encuentran datos del acceso a internet para el campo, el informe sí contiene información sobre los hogares que poseen computador. En las cabeceras urbanas, el 42 % tienen computador portátil o de escritorio, mientras que en los “centros poblados y rural disperso” sólo el 8.5 % de los hogares disponen de uno.
Hay datos alentadores en conectividad:
La gran mayoría de hogares tiene su aparato de TV, aunque la suscripción de TV por cable, satelital o IPTV sí es menor. Sus novelitas, noticias en los canales que sabemos… Pero la TV por suscripción en el “rural disperso” es baja: sólo el 23,5 % la tienen, mientras en las ciudades el 56 % de los hogares cuentan con una.
Definitivamente la gran revolución en tecnologías de la información es el teléfono celular. A pesar de las diferencias entre campo y ciudad, el 64 % de los hogares del “rural disperso” cuentan con celular (81 % en las ciudades). Y de quienes tienen celular en el campo, el 81 % son móviles inteligentes. Muy buena noticia por sus posibles implicaciones en la educación y en la formación.
Los ratos están claros. Los sucesivos gobiernos han tenido clara la película de la inequidad. Sin embargo, las brechas siguen rampantes.
X: @rafaordm