Brasil y su apuesta por el mundo, no es mas que el reflejo de un proceso iniciado en la década de los años 50's y 60's que a través de mecanismos poco democráticos y a veces dictatoriales, le costaron la vida a muchos opositores políticos, periodistas y activistas y a los mas afortunados el exilio o la cárcel.
El proceso de industrialización Brasileño (Si, es brasileño y no Brasilero) bajo las dictaduras transformo una economía rural y artesanal en una gran eje industrial en el continente, que gracias a las casi infinitas fuentes de materias primas a trajo todo tipo de industrias europeas destacándose la automotriz, química y farmacéutica.
Este proceso sui- generis en la región, permite que hoy Brasil sea la quinta economía mas grande del planeta en términos absolutos, sacar a la pobreza a mas de 30 millones habitantes y tener el honor de volver a albergar el mundial de fútbol de la FIFA 2014, ademas de realizar los primero juegos olímpicos de Suramericana para 2016 en Rio de Janeiro.
Pero si bien la perspectiva económica y social avanza desde el triunfo del gobierno del progresista Luis Ignacio Lula Da Silva en 2003 y se mantiene bajo la administración de Dilma Rousseff, el país enfrenta retos enormes para pasar de gigante sudamericano a gigante Global. La reforma al concejo de seguridad de Naciones Unidas al que aboga Brasil para convertirse en miembro permanente y representar los intereses de la región, ademas de fortalecer su papel en la Comunidad de países Lusofonos que si bien lo acercan culturalmente a países de diferentes puntos del globo con los que comparte la herencia portuguesa no tiene peso en el escenario internacional.
Un fortalecimiento político que resalte el papel de Brasil en el sistema internacional parece viable a través del grupo BRIC que junto a Rusia, China e India representan casi el 40% de la población mundial, pero que causa suspicacia y recelo con sus socios regionales en Mercosur y especialmente con Estados Unidos que sumado a los escándalos de espionaje a la presidenta y líderes políticos y económicos de Brasil por parte de los servicios de seguridad norteamericanos solo enrarecen el ambiente y acercan a Brasil a sus socios fuera del continente.
