No puedo encontrar un mejor nombre para la película como el que se le dio en Hispanoamérica, “Momentos de una vida”, porque ciertamente eso es lo que es, una serie de fotografías que nos retratan los momentos de una vida, de un chico, en una familia promedio norteamericana.
No cabe duda que el hecho de que la película haya tenido doce años de rodaje, llama mucho la atención, pero a través de la cinta, lo único que pude ver fue un suceso continuo de situaciones naturales en la vida de una familia, debo decir, que tomando el álbum de fotos de mi casa, me puedo encontrar con una copia maltrecha del film.
Drama, es la categoría que ha decidido ponérsele a esta película, pero el único drama para mí, es haber perdido tres horas de mi vida, sí, porque aparte de todo son tres horas, viendo como un niño crece. Y es que esta idea la recuerdo de una honorable película, donde la trama se enaltecía a raíz de un pequeño, que desde su nacimiento fue víctima de la pantalla, tanto así, que su vida era una red de mentiras para él; y no hablo de nada menos que El show de Truman (The Truman Show), donde ese bien catalogado drama nos hizo erizar la piel al comprender como la humanidad puede estar tan desesperada por el circo, que no le interesa si una persona desvive su existencia para ellos; bueno, creo que ya sabemos que hubiese pasado si El show de Truman (The Truman Show) hubiese sido real, sería un total fracaso.
Ni siquiera la banda sonora de la película sorprende, es una serie de canciones puestas en escenas sin sentido, solo para hacernos notar que cada escena filmada tras cada año, tiene en cuenta el avance musical, Baby One More de Britney Spears hasta High School Musical.
Lo más lamentable es que films como este ocupen una categoría a mejor película y otro film como por ejemplo Interstellar donde Matthew McConaughey y Christopher Nolan, nos escupen en la cara lo genios que pueden llegar ser, pero para la academia tales escupitajos no son más que nimiedades que se limpian con pañuelos, comparados con un film que lleva rodándose doce años.
Admiro notablemente a los actores e Boyhood, Patricia Arquette, Ethan Hawke y por supuesto Ellar Coltrane (el protagonista) el riesgo que tomaron es inmenso, y en realidad son buenas actuaciones. Por fortuna para ellos, su riesgo ha sido suficiente para ocupar un buen lugar en los Oscar y ganarse el Globo de Oro a mejor película dramática, (es que de solo escribir dramática se me sale una sonrisa). Pero por desgracia para los amantes del séptimo arte, podemos seguir confiándonos en que la academia no es más que un grupo de presuntos aristócratas que no pueden pensar igual que la plebe y darle un Oscar a Avatar o a Tarantino o Jim carrey, eso sería bajarse a nuestro nivel.
La crítica de tales, corresponde a una libertad de ofensa y a una lógica sin argumentos o argumentos inventados para que sencillamente los espectadores nos sintamos faltos de cultura. Espero que mi critica con la película Boyhood no sea menos que un incentivo a seguir viendo buenos films, a reírnos a carcajadas con Mentiroso Mentiroso (Liar Liar) o a enloquecer nuestras mentes con un Club de la pelea (Fight Club), porque la crítica de la academia, aunque acertadas en mucha ocasiones, ya muy antiguas de hecho, no corresponde a construir como debería serlo.Supongo que los críticos de la Academia corresponden a la afirmación de aquel escritor francés François Mauriac: “Un mal escritor puede llegar a ser un buen crítico, por la misma razón que un pésimo vino también puede llegar a ser un buen vinagre.”