Piedad Córdoba vive en un cómodo apartamento de 200 metros cuadrados en la Calle 26, una impresionante joya arquitectónica que incluso ha ganado premios. Piedad siempre ha vivido como ha querido. Incluso ha tenido alianzas políticas que le han granjeado poderosos enemigos en un país abiertamente de derecha. Su relación con Hugo Chávez, en época de Uribe, le despertó críticas feroces. Años después se supo que su gestión había sido fundamental para que empresarios como Alex Saab recuperaran millones de dólares en remesas del famoso CADIVI.
Piedad también tiene gente que le agradece, como Ingrid Betancourt quien reconoció el haberse jugado el pellejo por los secuestrados. Su turbante, su talante, genial y figura hasta la sepultura, un encanto que le reconocen rivales suyos tan acérrimos como el propio expresidente Álvaro Uribe quien se derrite cada vez que la ve. La elegancia de Piedad se sigue notando a sus 67 años. Piedad no sólo se ve así por su disciplina física e intelectual sino porque se ha sabido hacer los retoques necesarios con la sutileza a la que la obliga su buen gusto. Las imágenes hablan por si solas.
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