“Cuanta más luz haya en nosotros más brillante será el mundo en que vivimos”- Shakti Gawain
Reciclando botellas de gaseosa se puede crear luz, solo se necesita agua, cloro y un techo. Estas son las herramientas que utiliza Un Litro de Luz, un proyecto que busca regalarle energía autosostenible a familias vulnerables.
Primero se recogen las botellas de plástico de 1.5 litros. Luego se les instalan unas láminas de metal que sirven como base para que la botella no se deslice. Luego se identifican las zonas que necesitan la instalación. Los voluntarios se dan cita y estudian las habitaciones de cada casa. Se suben al techo donde hacen un agujero del diámetro de la botella y la colocan llena de agua y cloro (el cloro es para desinfectar el agua, que conserve su color y no crezcan bacterias). La botella es fijada al techo con un pegamento especial (Sirga), igual que la tapa de la botella para que no se evapore el agua. La mitad del envase queda por fuera del techo y la otra mitad dentro de la casa. El agua de la botella se refracta con la luz del sol durante el día dando como resultado un bombillo natural de 60 vatios, dependiendo de la radiación solar.
Con este mecanismo las familias no tiene que pagar un recibo para tener luz en sus casas durante diez años. Encontrar una iniciativa como Litro de Luz en un mundo que cada día pareciera preocuparse menos por el otro, es encontrar mil galones de esperanza y de fe en el cambio. Según el Banco Mundial, Colombia es el séptimo país más desigual del mundo. Litro de Luz es una iniciativa para pasar de la queja a la acción, para ser parte de la solución y no del problema, y para usar objetos sencillos en un gran proyecto. Aparte de ayudar a las comunidades, este invento es respetuoso con el medio ambiente, pues elimina las emisiones de carbono y de gases invernadero que causan las bombillas incandescentes. Las botellas de plástico son económicas y en su mayoría son recicladas, lo que significa que las familias no tienen que pagar por las instalaciones.
La idea de usar botellas con agua para producir luz nació del brasilero Alfredo Moser en el 2002, pero el uso de la tecnología como una empresa social se puso en marcha por primera vez en el 2011 por Illac Diaz, un joven filipino con vocación social que quiso colocar su trabajo en función de los demás; lo que empezó siendo una idea pequeña, se convirtió en cuestión de meses a 50.000 botellas instaladas en 20 ciudades y provincias de Filipinas; el éxito de la iniciativa comenzó a inspirar a otras personas con muchas ganas de ayudar y hoy está presente en 13 diferentes países, incluido Colombia. Actualmente se han instalado cerca de 300.000 botellas en todo el mundo y la meta para el 2015 son 1 millón de hogares beneficiados.
Como este sistema vive de la luz del sol, no funciona durante la noche. Sin embargo, la facultad de ingeniería de la Universidad Autonóma de Occidente en Cali está desarrollando un prototipo de lo que se llamaría ‘Litro de Luz Noche’ que con la instalación de una bombilla LED de alto brillo, conectado a un panel de baterías y un panel fotovoltaico que se cargaría con la luz solar podría funcionar cerca de 4 horas en la noche.
Los voluntarios de Litro de Luz también realizan jornadas de capacitación con las comunidades para que ellos mismos aprendan a hacer las instalaciones y a repararlas.
La iniciativa está despertando la conciencia de mucha gente, el cambio empieza por cada uno de los voluntarios que invierte su tiempo en instalar Litros de Luces para los menos afortunados. Es notable que el mundo está mal, que necesita un cambio, que Colombia necesita equidad y justicia; la mejor manera de protestar contra eso es actuando. Un Litro de Luz tiene el potencial de convertir la energía en un privilegio de todos y no sólo de algunos. El mundo es un lugar muy oscuro, ilumina tu parte uniéndote a Litro de Luz.
@PaulaValenci