El tan esperado informe del Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes, publicado este 15 de junio, señaló que el ex primer ministro británico Boris Johnson mintió durante la investigación sobre el ‘partygate’, las fiestas en Downing Street cuando Reino Unido atravesaba por un estricto confinamiento debido a la pandemia del Covid-19. El documento también reveló que Johnson enfrentó una suspensión de 90 días como parlamentario, antes de que renunciara a su cargo el pasado 9 de junio.
¿Sobrevivirá la carrera política de Boris Johnson? Tras una investigación de más de un año, el Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes, el principal órgano disciplinario del Parlamento británico, concluyó que el ex primer ministro mintió a los legisladores durante la investigación del ‘partygate’.
Según el documento, Johnson hizo declaraciones falsas durante las pesquisas sobre el escándalo de las fiestas en el 10 de Downing Street, cuando Reino Unido experimentaba un estricto confinamiento por la pandemia del Covid-19. El líder fue "deliberadamente falso cuando trató de reinterpretar sus declaraciones a la Cámara para evitar su significado simple y reformular la clara impresión que pretendía dar", señala el informe de más de 100 páginas.
El reporte detalla seis eventos realizados en las oficinas y la residencia del primer ministro y remarca que el expremier socavó el proceso de indagación al “inducir deliberadamente a error a la junta de investigadores, violar la confianza, impugnar al comité, por lo tanto, quebrantar el proceso democrático de la Cámara, y ser cómplice de la campaña de abuso e intento de intimidación del Comité”.
"Llegamos a la conclusión de que cuando le dijo a la Cámara y a este comité que se estaban cumpliendo las reglas y la orientación, su propio conocimiento era tal que deliberadamente engañó a la Cámara y a este Comité", señala el informe parlamentario.
Conclusiones por las que se recomendó sancionarlo como parlamentario durante 90 días, suficiente para desencadenar el proceso de elección revocatoria. Aunque Johnson renunció a su escaño el pasado 9 de junio, por lo que esquiva esa medida, el comité ha recomendado que se le retire el derecho al pase que normalmente se otorga a los ex parlamentarios para acceder al Legislativo.
Es la última consecuencia de una estrepitosa caída en desgracia de quien dirigiera el Gobierno de una de las mayores economías del mundo, después de que se viera implicado en el ‘partygate’.
El informe remarca que hasta la semana pasada, el castigo inicial sugerido para Johnson fue una suspensión por más de 10 días de sesión, pero el hipotético correctivo se amplió a la luz de las declaraciones que el líder político entregó la semana pasada, cuando atacó al comité y sus conclusiones, lo que fue considerado como "un desacato muy grave".
"Día terrible para la democracia": Johnson se defiende de las acusaciones
El ex primer ministro refuta las acusaciones e insiste en que su asistencia a las controvertidas reuniones fue legal.
Johnson, que renunció al Parlamento después de ver una copia anticipada del informe, calificó la investigación como una "cacería de brujas", una crítica que reiteró después de su publicación.
“Creí, correctamente, que estos eventos eran razonablemente necesarios para fines laborales. Estábamos manejando una pandemia”, insistió el exdirigente del Partido Conservador en un comunicado.
Boris Johnson subrayó que se trata de un "día terrible" para los miembros del Parlamento y para la democracia de su país. "Esta decisión significa que ningún parlamentario está libre de venganza o expulsión por cargos falsos por parte de una pequeña minoría que quiere verlo fuera de la Cámara de los Comunes", sostuvo.
Asimismo, el ex primer ministro acusó al Comité de usar poderes “místicos” para ver cosas que no había visto en Downing Street, cuando, afirmó, tenía el deber de agradecer al personal que se marchaba o por su trabajo durante la emergencia sanitaria.
Pero el comité no aceptó su defensa. Es un fuerte golpe para uno de los políticos más conocidos y divisivos de Reino Unido, que en 2019 llevó a los conservadores a una victoria electoral aplastante, pero cuyo mandato se vio truncado por el escándalo.
Es un informe “condenador”
Así lo describió el Partido Laborista, que la semana pasada acusó a Johnson de “cobarde” por dimitir a su cargo antes de que se publicara el documento de la investigación parlamentaria.
Pero incluso aquellos legisladores conservadores que no son particularmente leales a Johnson cuestionaron la severidad de los hallazgos del Comité.
“No soy su mayor fan, pero me parece que es excesivo”, aseguró un parlamentario, citado por Reuters, que habló bajo condición de anonimato.
Algunos legisladores que respaldan al expremier prometieron lanzar una especie de contraofensiva política para rechazar el informe que tildan de "vengativo".
El enfrentamiento político hará poco para sanar las profundas divisiones en los conservadores y puede aumentar la presión sobre el primer ministro Rishi Sunak, cuyo intento para tratar de impulsar la economía británica se ve eclipsado por el drama en curso de Johnson.
“Mientras Rishi Sunak está distraído con la telenovela conservadora en curso, la gente clama por liderazgo en los temas que les importan”, aseguró Thangam Debbonaire, legisladora laborista.
Johnson se disculpó por su conducta, pero negó de forma reiterativa haber engañado deliberadamente al Parlamento y afirmó que siguió el consejo de sus asesores de que su oficina estaba siguiendo las reglas.
Pero el llamado ‘partygate’ marcó el principio del fin de su mandato como primer ministro. Una rebelión en su gobernante Partido Conservador el año pasado, cuando los ministros renunciaron en masa, lo obligó en julio de ese año a anunciar su renuncia como líder del Gobierno y dejó el cargo el pasado septiembre.
Ahora es incierto si podrá retomar la cumbre de una carrera política que alguna vez ostentó.