Me aburre el fútbol, pero soy consciente de la riqueza que implica estar casi clasificados para el mundial de Rusia. El fútbol será el opio del pueblo como alguien tal vez lo definió, pero la verdad que emociona la unidad como nación y ver a once jugadores empujados por millones de colombianos que portan la camiseta tricolor.
Y como ateo o agnóstico, veo con placer y deleite al papa Francisco transmitiendo sus palabras de reconciliación y amor, con jalada de orejas incluida frente a todos ellos que solo predican el odio.
Jalada de orejas del papa Francisco
a todos ellos que solo predican el odio
A pesar de todos los graves errores que se ven en el proceso de paz con las Farc, se oyen rumores de más dejación de armas. Se habla del ELN y de varias milicias de delincuentes que parece que prefieren dejar atrás los ríos de sangre. Y, a pesar de los muchos vacíos que contengan los acuerdos, alejados del tema social, con cientos o miles de armas guardadas en algún lugar y sin disparar, debería ser ello un motivo de unión.
Pero ya clasificaremos para el mundial, el papa Francisco ya se habrá ido, el país estará más tranquilo de violencia ciega y tonta, y solo falta que los colombianos le demos en las urnas un bofetón a todos aquellos que entienden el compromiso político con hacerse enormemente ricos y esperamos que la justicia se aplique con toda su fuerza contra todos los sucios y corruptos, incluyendo a todos.
Y hablando de…
Y hablando de sueños y cortinas de humo, siempre es rico renacer y mirar las cosas con optimismo y esperanza.