Seis meses después de su salida de la Presidencia, Jair Bolsonaro se encuentra frente a las instituciones que previamente denigró. Este jueves 22 de junio empezó su juicio en el Tribunal Superior Electoral (TSE), en Brasilia, máxima instancia de la Justicia electoral en el país.
Y es que, durante los meses previos a las elecciones presidenciales de octubre de 2022, Bolsonaro realizó constantes ataques al sistema de justicia brasileño y cuestionó, sin presentar pruebas, la fiabilidad del voto electrónico.
En julio del año pasado, ante la mirada atónita de embajadores extranjeros, el exjefe de Estado, quien gobernó la nación entre 2019 y 2022, traspasó los límites de su papel como garante de la Constitución al insinuar que el sistema de voto electrónico abriría la puerta al fraude electoral en las próximas elecciones presidenciales de octubre.
Fue específicamente en el pasado mes de julio, que el expresidente - quien en su elección de 2018 nunca cuestionó la integridad del sistema - aseguró tener "tiempo para resolver el problema, con la participación de las Fuerzas Armadas". Ahora, las acusaciones en su contra lo han llevado a enfrentarse a la Justicia, poniendo en juego su futuro político.
Además, el exmandatario enfrenta acusaciones de haber utilizado fondos públicos para llevar a cabo esta reunión, que más parecía un acto de campaña que un encuentro diplomático.
Aunque no se trata de un caso penal que conlleve una posible condena de prisión, Bolsonaro podría enfrentar una sanción de hasta ocho años de inelegibilidad. Esta situación representaría un obstáculo significativo para sus futuras aspiraciones políticas, ya que le impediría competir en las elecciones presidenciales de 2026.
Los siete magistrados que abrieron la sesión emitirán sus votos, uno tras otro, durante una reunión plenaria que comenzó alrededor de las 9:15 a.m., hora local. La decisión del Tribunal se conocerá en los próximos días.
Bolsonaro ya había anunciado el miércoles 21 de junio que no comparecería ante la corte. El expresidente señaló que tenía que dirigirse a Porto Alegre, en el sur del país, para una serie de reuniones políticas.
Los procedimientos ante el Tribunal Electoral
Durante su campaña, Bolsonaro planteó repetidamente el riesgo de fraude electoral y no dejó de generar la indignación de sus seguidores más radicales.
Sin embargo, el líder de la extrema derecha brasileña afirma ser inocente. "No hubo ninguna crítica, ningún ataque al sistema electoral. Realicé una presentación objetiva sobre el funcionamiento de las elecciones en Brasil", declaró Bolsonaro a los medios el miércoles. En una entrevista con 'CNN' Brasil, solicitó a los jueces que lleven a cabo un "juicio justo".
El exjefe de Estado tendría la opción de apelar al Tribunal Supremo, aunque sus tensas relaciones con dicha corte no le brindan muchas esperanzas, especialmente porque tres de los once jueces del Supremo son también miembros del Tribunal Superior Electoral (TSE).
Bolsonaro enfrenata varias investigaciones en su contra
Además, el líder derechista se enfrenta a otras cinco investigaciones por parte del Tribunal Supremo, las cuales podrían llevar a su encarcelamiento.
Desde finales de marzo, tras su regreso de Estados Unidos después de su derrota en las elecciones, ha sido interrogado en tres ocasiones por la Policía. Estos interrogatorios están relacionados con un caso de joyas donadas por Arabia Saudita, algunas de las cuales se sospecha que fueron introducidas ilegalmente en Brasil, y también por presunta falsificación de certificados de vacunación contra el COVID-19.
Pero es el caso de la violencia contra los tres poderes en Brasilia -en enero de este año- el que recibió mayor cobertura mediática y sacudió más a la opinión pública. En septiembre pasado, con motivo del 199 aniversario de la independencia del país, Jair Bolsonaro aprovechó los festejos para llamar a sus seguidores a montar una demostración de fuerza contra el poder judicial, recomendando, incluso, que "todo el mundo compre un arma".
Este acontecimiento hubiera sido el preludio del intento de golpe de Estado del 8 de enero. En 2022, pocas semanas antes de los comicios, los magistrados del Tribunal Supremo habían ordenado la detención de varios bolsonaristas sospechosos de preparar sedición y acciones violentas.
El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene al margen de los asuntos del líder ultraderechista y no ha hecho declaraciones recientes al respecto.
Bolsonaro perdió frente a Lula en la segunda vuelta por un margen de sólo el 1,8%. Los partidos de derecha y extrema derecha son aún más fuertes en el Parlamento que bajo su mandato, lo que supone un gran desafío para el presidente de izquierda, que vuelve tras dos mandatos.