Recientemente, Yamid Amat, quien está más que curtido en las lides del periodismo, entrevistó para la sección “Pregunta Yamid”, del Canal Uno, a Gustavo Bolívar, el hoy polémico senador, criticado constantemente por sus contradictores que no le perdonan su quehacer sin tapujos.
Bolívar es reconocido por su papel de escritor, periodista y guionista, y ha destacado por sus novelas llevadas a la televisión como: “Sin tetas no hay paraíso”; “El capo”, así como guiones que han sido exitosos en la pantalla chica.
Como siempre Yamid, investido con su gran conocimiento como entrevistador y hombre bien informado, inició la conversación con Bolívar sobre un tema que tenía ribetes de noticia del momento y era la sorpresa de la renuncia del congresista. La charla iba adelante; Yamid escarbando el camino de la información que le llevara a desentrañar el motivo de la renuncia del senador y Bolívar dando las respuestas sin dobleces.
Bolívar, quien tampoco es mudo, como buen contador de historias respondía sin tapujos, pero con detalles las preguntas que le planteaba don José Yamid Amat Ruiz.
La entrevista transcurría entre esas arideces que a veces tiene la cosa pública y los argumentos que daba Bolívar respecto a los motivos por los que iba a dejar, por un tiempo, el Congreso, pero no la política.
De repente, en ese ir y venir de las palabras entre el entrevistador y el entrevistado y al contar este último sobre su interés de retirarse una temporada para volver a las letras y terminar un libro que ya empezó, a Yamid le brillaron los ojos cuando Bolívar le contó sobre la historia que narraría el texto “Amor a primera línea”.
Bolívar le dijo a Yamid que el libro sería “la historia de una alemana deportada hace poco y que había venido a Cali buscando aprender a bailar salsa y le toca el “Estallido Social”.
Para quienes no lo recuerdan, el famoso estallido social puso en evidencia las profundas desigualdades y otros temas sociales más que hicieron que se dieran grandes manifestaciones sociales en el país.
“La alemana de la historia –continuó Bolívar contando a Yamid– un día cualquiera sale de la academia de baile y ve que viene un mundo de gente corriendo huyéndole al Smad, y sale también huyendo porque ya le toca, y sin darse cuenta termina metida en Puerto Resistencia, y se enamora del líder en Cali”.
¡Adiós entrevista sobre política con Bolívar! Yamid, que sabe de historias y ha contado las mejores, se interesa ahora por este cuento que empieza a maravillarle y le dice a Bolívar que continúe la narración.
Uno siente el poder de las historias, uno deduce que Yamid ya no volverá a tocar el tema con el que introdujo la entrevista a no ser para reforzar la historia que Bolívar continúa contando y que Yamid alienta con un “prosigue”.
“La chica empieza a vivir en los cambuches –sigue contando Bolívar–, quien también se emociona con el relato y de paso le promete a Amat que le va a traer la chica para que la entreviste, pues “en este momento vive en Alemania porque fue deportada por las autoridades colombianas”.
Entonces la película se vuelve mejor cuando Bolívar retoma la historia: “Fue que pasaron muchas cosas. Ella se enamora del líder y era un romance muy lindo. Cuando por fin van a consolidar ese amor, el día que se acaba el paro, se encuentran en un parque y sicarios vienen y le disparan al muchacho.
Van a matar a ambos y él por todos los medios intenta que a ella no le toque ninguna bala y finalmente el muchacho muere al recibir 12 disparos.
A ella la deportan, es la única testigo que hay para identificar al asesino. Es una historia bellísima y pienso que hay que dedicarle tiempo para la película”.
Yamid olvida el propósito de la entrevista: la renuncia del senador y ahora pregunta por quién es la chica de la que Bolívar habla.
El senador retoma el relato. “Ella se llama Rebeca. Había estado en México y allí se encontró con la salsa, pero le dijeron que la meca de este baile era Cali. Y sucede lo que ya conté”.
Yamid vuelve a preguntar: usted dice que ella fue deportada, ¿por qué? Bolívar sigue fascinado contando la historia. “Hay muchas conjeturas, pero lo raro es que a ella, que es el único testigo ocular, enseguida la deportan. Incluso, ella se entera de la muerte del joven en el avión que la conduce a Alemania y tienen que regresar el avión en el Dorado porque ella estalla en una crisis muy grande”.
Yamid aún como que no cree y pregunta a Bolívar ¿Pero todo eso es verídico? “Todo es realidad –responde Bolívar–; entonces, como no cuenta uno en una película semejante historia tan bella, una historia de amor hermosa? Ella desde ese día hasta hoy, que ha pasado más de un año, ha estado pidiendo justicia por el joven que se llama Jhon Sebastián, habla con la madre el joven constantemente”.
¿Por qué pidiendo justicia?, pregunta Yamid. “Porque fue un crimen que quedó impune –responde Bolívar– nunca se supo quién fue el asesino, nunca se investigó. Ella, que puede identificar el asesino, la sacaron del país”.
El gobierno pasado –pregunta Yamid– El gobernó pasado, replica Bolívar.
¿Quién la deportó, repregunta Yamid.
La deportó el gobierno –dice Bolívar*
¿Pero quién? insiste Yamid
“Pues inmigración, dice Bolívar. Incluso la deportación fue cinematográfica. Ella me dice que llegaron como 30 carros a la cuadra, cerraron todo alrededor y se la llevaron a ella para Bogotá, enseguida la metieron a un avión y de una chau, la sacaron”.
Pero saben, la entrevista no termino en ese programa. Yamid, que sabe del valor de las historias, le dijo a Bolívar: “Me gustaría terminar esta historia de la niña alemana anticipándome un poco a su novela, pero ya el tiempo se agotó. Me permite seguir grabando para trasmitir mañana”?
Como Bolívar también sabe del gran impacto de las historias respondió “Hagámosle”.
Y como yo sé que a mis lectores les encantan las historias y el chisme, les invito a buscar en YouTube la segunda parte de la entrevista entre Yamid y Bolívar dos hombres que sí conocen del poder de las historias.