Iván Márquez, el jefe negociador de las Farc, sorprendió a las víctimas de Bojayá, en Chocó, al presentarse acompañado de una delegación del gobierno –encabezada por el comisionado de paz Sergio Jaramillo– para hacer un nuevo acto de perdón ante esta comunidad. El acto ocurrió justamente en la iglesia que terminó incendiada por un cilindro bomba en 2002, dejando cerca de cien pobladores muertos.
Iván Márquez llevó una ofrenda singular: el ‘Cristo Negro de Bojayá’ que fue instalado en la cabecera del altar y que será desde hoy símbolo de reconciliación. La pieza fue hecha con madera del río Atrato por el maestro cubano Enrique Agudelo, es de un tamaño considerable (2,5 metros) y fue esculpida por el reconocido artista “con especial esmero y devoción”. En su intervención Márquez una vez más ofreció perdón a la comunidad “Nuevamente perdón infinitamente Bojayá, y que las palabras de fe en la Colombia Nueva que debe nacer de este momento de culminación de una guerra que jamás debió ser, sanen las heridas del alma que son las más profundas…”, dijo.