El Concejo Distrital de Bogotá acaba de aprobar el Acuerdo Distrital No. 462 que incorpora la ciudad a la Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca (RMBC). Con este hecho se materializa el inicio formal de la RMBC, después de que la Asamblea departamental de Cundinamarca meses atrás aprobara mediante ordenanza departamental el ingreso del departamento.
Tanto en el departamento como en Bogotá, la oposición ciudadana que ha conocido las minucias del esperpento constitucional que creó la RMBC se manifestó masivamente. Sin embargo, en ambos escenarios la aplanadora política de Nicolás García y Claudia López se hizo evidente.
En el caso de Bogotá, hubo tres días de sesión plenaria por este tema, en jornadas de hasta ocho horas por día, y donde la participación ciudadana fue de pírricos dos minutos al tercer día. Aunque el 100% de ciudadanos manifestó sus objeciones a la incorporación de Bogotá a la RMBC, el Concejo lo aprobó con 27 votos a favor y 11 en contra.
Con esta aprobación inicia una nueva batalla jurídica. Como bien se sabe el 5 de noviembre fue ratificado por el presidente Gustavo Petro el Acuerdo de Escazú, que en uno de sus tres pilares fundamentales basa la participación de las comunidades en los proyectos ambientales que puedan impactarles como de obligatorio cumplimiento.
Este será un argumento que la oposición política en Bogotá usará para demandar el acuerdo distrital, ya que la RMBC elimina de tajo la consulta previa con las comunidades. Además, se anunciaron irregularidades en el trámite del proyecto de acuerdo distrital; por ejemplo, se indica que el Concejo no incluyó el análisis de impacto fiscal que ordena la Ley 819 de 2003.
Para ir un poco más a la base del problema y de la oposición ciudadana en Bogotá y Cundinamarca (que incluso muestra de ellos fue la rechifla masiva que le hicieron al gobernador en Zipaquirá el sábado 5 de noviembre), hay que mirar que la base constitucional de la RMBC la da el acto legislativo 02 de 2020 y la ley orgánica 2199 de 2022.
En estas normas se estipulan los problemas que la ciudadanía acusa de ser un adefesio constitucional, y que el Concejo de Bogotá ignoró: todas las decisiones adoptadas por la RMBC serán de superior jerarquía sobre la ciudad y el departamento.
Esto lesiona gravemente la autonomía, pues dentro de la norma se estipula la puesta en marcha de un Plan director de desarrollo y de ordenamiento regional, lo que en la práctica llevaría a la adecuación de los planes de ordenamiento locales de acuerdo con esa disposición.
Aunque se ha dicho en medios que esto propenderá por un desarrollo regional ordenado, lo cierto en que casi no contempla la defensa de la estructura ecológica principal, e incluso en la exposición de motivos de la RMBC se plantea "la necesidad de construir 2'893.158 viviendas nuevas en la región, es decir, multiplicar por 1,96 la oferta actual", lo que llevaría a deducir que procuran aumentar la demanda inmobiliaria. Y por ahí seguido los cambios de los usos del suelo que fueron la base de la mafia del volteo de tierras en la sabana.
El acto legislativo y la ley orgánica que creó la RMBC indica también la existencia de un concejo regional sólo político, sin incidencia de ninguna veeduría, asociación ambiental o cualquier colectivo ciudadano organizado, ya que el concejo sólo sería conformado por alcaldes de municipios asociados, alcaldía de Bogotá y gobernador de Cundinamarca.
En este concejo la figura del derecho al veto es implícita, pues se indica que las decisiones deberán contar siempre con el visto bueno coincidente de Bogotá y Cundinamarca. De por sí, además, la ciudadanía tendrá su protestódromo hecho realidad, llamado acá Ágora metropolitana, un espacio sin incidencia y sólo consultivo a la ciudadanía.
El Concejo Regional también podrá nombrar su director, convirtiéndose este así en la figura más importante por encima de un alcalde de Bogotá o un gobernador de Cundinamarca, y esto sin voto directo de las comunidades. Y para concluir: la RBMC para su funcionamiento sacará plata de todo lado, en especial sobretasas a impuestos existentes, por ejemplo impuestos de vehículos que serán sí más caros con las sobretasas.
Se hizo, entonces, una figura de integración regional de los mismos en las mismas, sin pensar en la gente, que sólo será un nuevo aparato burocrático de toma de decisiones de manera vertical. Para tratar de detener esto la bancada del Pacto Histórico ya radicó un nuevo proyecto de acto legislativo que modifique el 02 de 2020, y cree una Región con la gente. Mientras ese trámite surte en el Congreso, ya hoy con la votación en el Concejo comienza a funcionar el adefesio constitucional de RMBC.
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