Por su carácter lineal, que fomenta el desperdicio, el actual esquema de recolección de basuras en Bogotá ya está en revisión por las autoridades distritales para llevarlo a uno de economía circular, advierte la actual directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), Consuelo Ordóñez.
“Bogotá tiene un problema grave y creciente de desaseo y contaminación del espacio público, pero también de lenguaje y capacitación de todos los ciudadanos: hablar de residuos es distinto a hablar de desechos o de basura”, afirma en entrevista.
“Hoy hay un modelo lineal (de recolección). Queremos cambiar ese concepto hacia uno de economía circular, que empieza por evitar y reducir lo que en últimas sólo se convierte en desecho. Una campaña de cultura ciudadana que debemos promover entre todos”, añade.
Mientras esa transición de modelo se da, la Uaesp urge a la ciudadanía a un consumo más responsable, que empieza por acciones de prevención y reducción en la generación de residuos, incluidos los desechables y los plásticos de un solo uso, así como una correcta disposición.
“Primero evite y reduzca, porque estamos generando demasiados residuos: 6.000 toneladas diarias entran a Doña Juana, es una locura. Debemos tener un comportamiento mucho más amigable con el medio ambiente, con la ciudad y con nosotros mismos”, insta.
“El nuevo esquema debe partir de ese concepto y de la recolección selectiva. Hoy puede que la gente separe en su casa, pero si ve que no hay una recolección selectiva, se desmotiva”, añade.
Ordóñez advierte que debe buscarse mejorar el marco regulatorio a nivel nacional, empezando por la Resolución 720 de 2015, pues está fija las tarifas de recolección con base en el volumen de residuos generado más que en su aprovechamiento.
Por las tarifas que pagan los usuarios, el actual modelo de recolección cuesta unos $650.000 millones al año, lo que da una idea del gran negocio en juego, sobre todo para quienes solo se benefician de una ciudad que bote más y más basura.
“El aseo es una actividad que nos cuesta mucho a todos los usuarios y deberíamos ser más cuidadosos con lo que estamos gastando. Debemos ser más responsables con nuestros residuos y consecuentemente con nuestro bolsillo. La ciudad más limpia no es la que más se barre sino la que menos se ensucia”, añade.
Para nadie es un secreto que en los últimos años se ha vuelto paisaje el que las calles de Bogotá estén llenas de basura todo el tiempo. No sólo alrededor de las canecas públicas (que además de ser un detrimento patrimonial fomentan botar más basura en la calle), sino en postes o árboles que la gente cogió de botaderos.
Y este tipo de arrojos clandestinos, de 20.000 toneladas mensuales y que se tienen que recoger por fuera de la tarifa, cuestan a la administración distrital unos $60.000 millones al año (que podrían invertirse en salud o educación), por lo que la Uaesp también insta a otras autoridades, como la Policía, a ser más estrictos en la aplicación de comparendos a quienes incurran en estas malas prácticas.
Por todo lo anterior, la Uaesp además se ha propuesto lanzar una gran campaña interinstitucional, con apoyo de los medios de comunicación, que invite a la ciudadanía a mejorar sus prácticas de gestión de residuos hacia un consumo más responsable, so pena de incurrir en multas por botar basura a la calle.
“La labor es coordinar no solo nuestro trabajo interno, sino con los sectores educación, cultura, Gobierno y medios de comunicación para llegar a la ciudadanía en general, ese es nuestro propósito”, plantea.
