« No se murió, lo mataron » « 50.000 voltios de brutalidad y abuso policial ». Consignas que enarbolaron en Colombia las protestas en rechazo a la muerte de Javier Ordoñez, un abogado de 44 años víctima de la brutalidad y el abuso policial. En un video de más de cinco minutos se ve cómo dos uniformados de la Policía reducen a un hombre quien desde el suelo suplica “por favor, por favor”, para que los agentes cesen de descargar sobre su cuerpo los choques eléctricos provenientes de una pistola Teaser.
Atentos: estos hechos ocurrieron anoche en el occidente de Bogotá. El hombre sometido por dos policías, incluso con uso de pistola eléctrica, murió horas después en una clínica. La policía afirma que respondió a agresiones de estas personas. Grave denuncia de abuso policial. pic.twitter.com/HEOvApslDp
— Ricardo Ospina (@ricarospina) September 9, 2020
Hasta el último momento de la grabación Ordoñez sigue con vida. Luego fue conducido a una estación de la Policía (CAI) junto a una de las personas que estaba grabando el video. Según versiones de familiares, Ordoñez también fue golpeado dentro de la estación. De allí, lo llevaron a la clínica Santa María del Lago en Bogotá adonde llegó sin vida.
“Este es el caso número 11 de violencia homicida este año por parte de la fuerza pública que tenemos registrado en nuestra plataforma. Y en los últimos tres años se han asesinado a 639 personas” afirma Alejandro Lanz, director de la ONG Temblores, especializada en violencias de la fuerza pública.
Las cifras de la ONG trianguladas con los registros de entidades del estado dan cuenta de la brutalidad en el uso de la fuerza de la policía colombiana: en “En los últimos tres años ha habido en el país 40,481 casos de violencia física contra la ciudadanía en general 241 hechos de violencia sexual por parte de la fuerza pública”.
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— Magda #OP10 (@Tatta_Albirroja) September 10, 2020
Una de las cosas más preocupantes de estos casos, como el de la muerte de Ordoñez, es que la policía recurre a fuertes firmas de represalia cuando las personas conocen la ley y conocen y reconocen sus derechos. “Cuando la gente dice 'por favor suélteme', o 'usted no tiene derecho a hacer eso', entonces el uso de la fuerza letal es mucho mayor. Este caso también muestra que la utilización de armas no letales puede causar la muerte de las personas y como, pese a que la persona está totalmente sometida y no hay necesidad de la fuerza, la policía la utiliza y de manera, además excesiva”.
No son manzanas podridas
El Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa Delgado, ordeno priorizar el caso de la muerte del Ordoñez tras un procedimiento policivo para esclarecer los hechos que llevaron a la muerte del abogado.
Por su parte, la familia de Ordoñez exige una sanción penal y no disciplinaria para los policías responsables de la muerte de su ser querido y aseguró que no descansará hasta lograrlo. Los famliliares, que condenan contundentemente la brutalidad policial, también rechazaron la violencia desatada durante las manifestaciones de protesta por la muerte de su ser querido. “No hemos convocado a protestas. Quienes las hacen son oportunistas que no nos representan. Nosotros convocamos a una velatón pacífica en honor a Javier. No queremos más actos de violencia,” aseveró la cuñada del fallecido.
Para el abogado Alejandro Lanz, la policía agrede de manera sistemática a la población y la violencia policial es un problema estructural de la fuerza pública y no producto del accionar de algunas “manzanas podridas” dentro de la institución. Por esa razón, considera importante y necesario que la gente denuncie ante la justicia estas violencias.
Pero ahí sobreviene uno de los problemas más graves de esta problemática, agrega Lanz, y es el hecho de que la justicia encargada de juzgar a los policía esté anclada en el ministerio de Defensa como parte de la justicia penal militar que depende enteramente del Ejecutivo.
“Que la justicia para la fuerza pública esté dentro del ministerio de Defensa y no en la justicia penal ordinaria es una de la partes esenciales del problema porque atenta contra el principio democrático de la separación de poderes”, afirma el abogado.
La alcaldesa capitalina, Claudia López, quien también considera que no se trata de un asunto de “manzanas podridas dentro de la policía” anunció la instalación de la mesa de Derechos Humanos y Convivencia en Bogotá en conjunto con la Procuraduría y la Defensoría para garantizar a la familia del abogado muerto que tenga la asistencia judicial y psicosocial y para que haya una condena ejemplar a los responsables, al mismo que se trabajará por una restructuración profunda y seria que sancione los casos de abuso judicial.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, que pasó parte de la noche en una reunión urgente de seguridad, manifestó que los dos agentes que atacaron al abogado "son ya objeto de investigación disciplinaria y penal y la institución dará toda la colaboración que requiera la autoridad competente".
#Atención
Desde este momento se reforzará dispositivo de @PoliciaBogota con 750 uniformados, más 850 que llegan de otras regiones del país. Asimismo, 300 soldados de la #Brigada13 @COL_EJERCITO apoyarán la labor de seguridad en la capital del país.
CC @Bogota @infopresidencia pic.twitter.com/kkFj8ZJ60q— Mindefensa (@mindefensa) September 10, 2020
La pandemia sirvió de excusa para la violencia policial
Con el avance de la pandemia también avanzó la violencia de la fuerza pública contra la ciudadanía. Especialmente contra los sectores más vulnerables: vendedores ambulantes y habitantes de la calle.
La ONG Temblores ha denunciado el atropello perpetrado en este período de emergencia sanitaria contra un hombre a quien la policía le rapa el pelo y golpea, al igual qiue el caso de un habitante de la calle a quien la fuerza pública desnudó y regó con mangueras de agua, frente a una estación de policía y a la vista de todo el mundo. “Luego, dijeron que el hombre había cometido un delito que es la forma como la fuerza pública justifica siempre sus violencias”, afirma Lanz.
Para el abogado y defensor de derechos humanos “la policía criminaliza a la pobreza porque lo que ocurrió a comienzos de la pandemia es que la gente salió a protestar por el hambre y la policía disparó dos personas y terminaron graves lesiones de por vida”.
Según los registros de Temblores, la violencia policial se ha concentrado en las barriadas más deprimidas de la capital colombiana contra la población que salió a protestar contra los rigores derivados de la cuarentena o, simplemente, hizo uso del espacio público como su lugar de trabajo.
Publicado originalmente en Radio Francia Internacional.