La Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitividad revelaron hoy el tercer Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) que mide este ítem en las 32 ciudades capitales de Colombia por primera vez, clave en la crisis por Covid-19 que vive el país.
De acuerdo con el estudio, en 2020, Bogotá tuvo una puntuación de 7,5 sobre 10. Por su parte, Medellín y Manizales, con 7,0 y 6,6, respectivamente, completaron los tres primeros lugares.
Bucaramanga es la cuarta ciudad más competitiva de la clasificación con 6,3, seguida de Tunja que obtiene un puntaje de 6,3. Por otro lado, las ciudades que ocupan los últimos tres lugares del ranking y a su vez presentan mayores oportunidades de mejoras en términos de competitividad son Inírida, Puerto Carreño y Mitú, las cuales obtienen calificaciones de 3,18, 3,15 y 3,07 respectivamente.
Entre el recálculo para 2019 y el ICC 2020, las tres primeras ciudades conservan su posición, siete de las 32 ciudades mejoran en el ranking al menos una posición, destacando a Cúcuta y Santa Marta que escalan tres posiciones en el ranking y se ubican en los puestos 15 y 16 de la medición.
En tanto, las últimas posiciones son algunas de las ciudades que se midieron por primera vez este año como Arauca, San José del Guaviare, Puerto Inírida, Leticia o Mitú.
Esta clasificación midió en 2020, 103 indicadores en las ciudades y sus áreas metropolitanas, agrupados en cuatro factores de competitividad y tuvo en cuenta 13 pilares fundamentales y aspectos como el manejo de las instituciones, infraestructura y equipamiento, sostenibilidad ambiental, salud, educación básica, entre otros. Este año se incorporó el pilar TIC como novedad.
De otro lado, se resaltó que el 74% de las regiones tomó en cuenta el ICC en 2019 como herramienta de seguimiento para la elaboración de planes de desarrollo en los territorios, algo que evidencia la importancia de este índice en la planeación nacional.
Al respecto, Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, comentó que sobre todo en una coyuntura como la actual por Covid-19 “es un ejercicio muy valioso, pero que se debe mirar más allá de los números”.
Rosario Córdoba, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, dijo que “la crisis ha hecho evidente las vulnerabilidades de nuestras ciudades, los temas laborales y en el tejido empresarial. No debemos perder de vista seguir avanzando en competitividad que redunde en un mejor nivel de vida para los ciudadanos”.
No obstante, también enfatizó en la gran incertidumbre que existe ante la recuperación económica y los posibles rebrotes que puedan venir ante el Covid-19 y atentar contra factores como la competitividad. Esto pues en Colombia se estima que haya retrocesos en la pobreza para indicadores de hace 20 años, de acuerdo con estimaciones de la Universidad de los Andes que ve un alza de hasta 15 puntos porcentuales en este ítem.
Así mismo, Córdoba explicó que la productividad es la condición estructural para procurar crecimiento, sostenibilidad e inclusión, sobre todo en momentos como los que se viven en 2020.
Por su parte Paula Escobar, coordinadora Consejería Presidencial para la Competitividad y la Gestión Público-Privada, expresó que “buscamos dejar capacidades instaladas en algunos departamentos y que este indicador nos sirva para hacer un cierre de brechas y dé dinamismo a las regiones. Sin estos indicadores no avanzamos en la competitividad regional”.