La multitudinaria movilización ciudadana que comenzó el nueve de diciembre y que se extendió por más de 100 días, se convocó para defender el mandato ciudadano que eligió a Gustavo Petro Alcalde de Bogotá, para respaldar el Plan de Desarrollo Bogotá Humana y para garantizar que prevalezca la democracia y la paz, ante los embates de la arbitrariedad y la injusticia en atroz alianza oscurantista con los carteles de los negocios privados de aseo, medios informativos y contratistas de entidades públicas.
El golpe matrero lo dio el presidente candidato contra la protección de los derechos ciudadanos, siguiendo sus conveniencias electorales y atendiendo el susurro amenazante de los directorios políticos. Al desacatar Santos las medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, contradice la norma constitucional que obliga a acoger las convenciones internacionales de derechos civiles y políticos, es decir el presidente está en contravía de la legislación colombiana. Ya cursan en los tribunales competentes las respectivas demandas en contra del presidente y del procurador.
La controversia jurídica no termina con la decisión del presidente de usurpar la Alcaldía de Bogotá. Esa es una ruta que lleva su tiempo y para cuando se resuelva, ya habrá causado sus efectos el daño irreparable por retirar al alcalde titular de Bogotá, para complacer algunos políticos clientelistas y calanchines de contratistas que quieren recuperar su negocio jugoso de esquilmar el erario público del Distrito.
Ante esta situación las avanzadas que respaldan la Bogotá Humana han de afianzarse como fuerza política. Aun prevalecen las razones que impulsaron las épicas jornadas de movilización ciudadana desde diciembre de 2013, y en lo que va corrido del 2014, memorables por sus enormes dimensiones e históricas porque todas fueron completamente pacíficas y porque se congregaron multitudes sin haberle dado un peso a las personas por asistir.
Es preciso seguir defendiendo el Plan de Desarrollo Bogotá Humana, seguir consolidando sus enormes avances que involucran a millones de habitantes de la Capital en sus 20 localidades, logros a destacar como la disminución de la tasa de homicidios, la disminución de las muertes perinatales, el mejoramiento de la calidad de vida en la primera infancia, el aumento de la atención médica y alimentaria al ámbito familiar, el saneamiento de los hospitales, el mejoramiento de la calidad educativa, la democratización de la conectividad y las nuevas tecnologías, la disminución de los índices de pobreza, disminución del desempleo, el subsidio del mínimo vital de agua, disminución de tarifas de aseo y de transporte, recuperación y protección de la estructura ecológica principal, el plan 75Cien de seguridad integral y convivencia, el fortalecimiento de los gobiernos locales y los procesos comunitarios.
En síntesis se está cumpliendo la ejecución del plan de desarrollo Bogotá Humana cuyos tres ejes bien pueden proyectarse como un programa para toda Colombia: Disminuir la segregación y la pobreza, ordenar el territorio alrededor del agua y defender lo público. Un plan de desarrollo ejemplar porque está pensado para cuidar el planeta, aspirando que sea sostenible para las nuevas generaciones. Porque aquí se garantizan los derechos -salud, educación, movilidad, vivienda, agua- que para los agentes del establecimiento son mercancías. Por ello hay que redoblar los esfuerzos por implementar lo que falta.
Por ello merece todo el repudio y la indignación nacional el cobarde raponazo que comete la asociación Juan Manuel Santos- German Vargas presentando un plan para Bogotá completamente espurio, puesto que se están atribuyendo para ellos precisamente los avances del Plan de Desarrollo Bogotá Humana.
Pleno respaldo ciudadano merece la decisión del movimiento progresista de seleccionar la terna que legítimamente le corresponde postular, para que de allí sea escogida la persona encargada de dirigir transitoriamente la administración de Bogotá hasta que se realicen las elecciones.
Igualmente plausible es la decisión de postular una candidatura unitaria a las elecciones atípicas, en las que no dudaremos en concentrar todos los esfuerzos para que obtengala votación mayoritaria de la población bogotana según lo anuncia el fortalecimiento de las convergenciaspolíticas que se vienen movilizando desde diciembre, el destacadoaccionar de las nuevas ciudadanías, jóvenes estudiantes y trabajadores, fuerzas políticas progresistas, verdes, de centro y de izquierda, diversidades étnicas, de género y poblaciones vulneradas.
Ganar esas elecciones será avance gigantesco en el proceso de convergencia: el Frente Amplio por la Democracia y la Paz. A eso le apostamos, por una Bogotá Humana. Por una Colombia Humana.
Somos Mandato Ciudadano - Progresistas
Bogotá DC, 25 de marzo de 2014.
@MandatCiudadano
[email protected]
