En el juego de póker el término blofear, o cañar, se refiere a aparentar que se tiene una muy buena mano, realizando constantes y grandes apuestas y/o alardeando con la intención de intimidar al resto de los jugadores para que se retiren del juego. En las últimas semanas los colombianos hemos visto con mucho recelo cómo dos grupos de taimados blofeadores intentan intimidar al país.
En el primer caso, se trata de un contrato del Ministerio de las TIC con Centros poblados por 1,07 billones de pesos que buscaba llevar internet a más de 7.000 colegios públicos del país al cual se le hizo un anticipo de 70.000 millones de pesos. La ministra de Tecnología afirma que el contratista no solo estaba retrasado, sino que descubrió que Centros Poblados presentó documentos presuntamente falsificados, lo que constituye un delito penal. A su vez, el contratista, en una movida típica de un blofeador, insiste en que es un juez el que debe decidir si las garantías del Banco Itaú son falsas o no, y busca una indemnización billonaria por supuestos perjuicios. Según Centros Poblados, “La Unión Temporal tiene el derecho a que se le cancelen las utilidades que hubieran recibido por la terminación de los contratos que están en ejecución.” En el anverso de la moneda, el abogado del Ministerio afirma que Centros Poblados, “obró de manera engañosa y delictual” en el tema de las garantías calificadas como falsas por el Banco Itaú.
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Según Centros Poblados, “la Unión Temporal tiene el derecho a que se le cancelen las utilidades que hubieran recibido por la terminación de los contratos que están en ejecución”
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El otro ejemplo de blofear tiene que ver con la amenaza de Nicolás Maduro de llevarse a Venezuela a Monómeros Colombo Venezolanos en el marco de la mesa de diálogo que instalaron en México la oposición venezolana y el régimen. Concretamente Maduro advirtió: “Pido que se haga un documento de todos los productores venezolanos para que Jorge Rodríguez lleve como punto fundamental en la primera sesión del diálogo, la firma de un documento para que la empresa Monómeros se le regrese a su dueño: Pequiven.” La empresa Monómeros Colombo Venezolanos S. A., el segundo activo más importante de Venezuela en el exterior (después de la poderosa Citgo), con sede en Barranquilla. Maduro en su día intentó entregarle el manejo de esta compañía a Ronald Ramírez – cercano al capturado Alex Saab.
Para el autor de esta nota, tanto los defensores de Centros Poblados, como Nicolás Maduro están blofeando. En el primer caso, como lo explica el defensor del Ministerio, “Es el mundo al revés, Kaf-ka puro. Un contratista que presentó unas garantías falsas, que ejecutó un plan criminal, con pluralidad de autores, y con el aporte esencial y censurable de servidores públicos, para inducir y mantener en error a otros funcionarios del Mintic, ahora amenaza con demandar al Estado.” No existe juez serio y honesto alguno que no acepte que en este contrato ha habido fraude.
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La real amenaza es los chavistas tomen el control de Monómeros, cambien por sus calanchines la actual administración, y se lleven los productos de esta empresa
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En el segundo caso, también es un blofeo. Para algunos, la amenaza de Maduro de que Monómeros tiene que volver a sus dueños para que todos los productos vayan a Venezuela a contribuir en la recuperación económica e integral del país es inmensamente peligrosa dado que puede terminar impactando al agro colombiano e incluso a la seguridad alimentaria del país. El reto de Maduro es obvio que no implica desmontar las instalaciones de Monómeros y llevarlas a Venezuela dado que el costo sería prohibitivo. La real amenaza es los chavistas tomen el control de Monómeros, cambien por sus calanchines la actual administración, y se lleven los productos de esta empresa (fertilizantes de todo tipo y sus subproductos) es a Venezuela.
El desafío de Maduro es muy relativo: primero que todo, un cambio radical en la administración ni es automático, ni se puede hacer a la ligera. Segundo, si Maduro hace con Monómeros lo mismo que hizo con Pdvsa (lo que es muy seguro), en muy poco tiempo se verá la quiebra total de la empresa. La tercera amenaza de llevarse a Venezuela todos los fertilizantes que produce Monómeros si reviste un poco más de gravedad ya que esta empresa hoy le suministra fertilizantes a más de 80.000 campesinos. Sin embargo, el reemplazar estos fertilizantes, ya sea en Colombia o en el extranjero, no es una tarea tan difícil.