Si bien el fútbol es un deporte muy popular y querido por la gente, tiene unos costos muy altos. Desde que se inventó en Inglaterra su transformación fue lenta pero segura. Hace miles de años tuvo su génesis en un absurdo juego de pelota. Existía en el hombre el placer de pegarle a cualquier gurullo o redondez, sin importar su origen. Dicen que el primer balón fue la cabeza de un soldado romano.
Lo que parecía ser un incipiente juego, los ingleses lo perfeccionan y lo convierten en deporte de multitudes con todas sus reglas. La afición y los equipos institucionales, nacionales y de marca crecen. Es inevitable, que sea un gigante espectáculo ya diseminado a todo el planeta. Es allí cuando aparecen los consorcios que más facturan y acorralan a la FIFA, volviéndola finalmente en el ‘Estado’ más poderoso del mundo. A esta organización llegan una buena cantidad de ineptos y oscuros personajes a hacer sus negocios.
El fútbol por cuenta de la FIFA se convierte ante todo en un negocio, uno de los más rentables del orbe. Los manejos oscuros y la corrupción rampante se vuelven inevitables. Todos los dirigentes del fútbol se vuelven sospechosos. En Colombia, por ejemplo, muchos dirigentes fueron seriamente cuestionados y con vínculos con mafias. Las mismas que se tomaron casi por asalto buena parte del balompié profesional colombiano.
El fútbol, el deporte más querido, uno de los más practicados (el atletismo es el deporte rey como tal) el mayor espectáculo terrenal, termina finalmente convertido en un negocio de oscuros personajes. Más aun en aparente nicho de tráfico de jugadores, de torneos y sedes. Allí donde se mueven fácilmente millones de dólares. Donde los ingresos de una figura pueden estar por encima del millón de dólares mensuales. Algo absolutamente inconcebible, en un mundo con tanta inequidad e injusticia social. Y con tanta hambre.
Pero el asunto no podía pasar tan de agache y alguien debía ponerle el cascabel al gato. Y fue la justicia norteamericana que casi nada tiene que ver con la tradición del fútbol, la que tuvo que actuar. Los señalados como traficantes y mercaderes del balompié a costa de los sueños del mundo empezaron a caer. Hoy hay una buena cantidad a buen recaudo y varios serán llevados extraditados ante la justicia estadounidense que nada tiene de blanda.
Y caerán más por lo visto. El mundo estaba a la expectativa del ‘capo’ mayor, algo así como Don Vito Blatterone, como para emular a uno de los mayores mafiosos del mundo, Don Vito Corleone. El círculo se le cierra a Sepp Blatter el omnipoderoso presidente de la FIFA. Hoy uno de los hombres considerados ‘intocables’ del mundo está a las puertas del infierno. La justicia suiza ya le endilgó formalmente los cargos por gestión desleal y abuso de confianza. Y no son de poca monta ya que según el abogado y juez suplente Jacques Roulet, buen conocedor del sistema judicial helvético, "el beneficiario de una gestión desleal podría ser acusado de receptación o blanqueo". Muy complicado porque hasta se arriesga a una extradición a USA. El abuso de confianza en plata blanca es peor, puede traducirse como robar generosamente, el más burdo estilo de corrupción.
Por ahora sus posibles delitos le acarrearían muy seguramente una pena arriba de los diez años, de pronto cerca de 18 según los expertos. Teniendo en cuenta que ya tiene casi 80 años, cualquier condena en su caso ya equivale a cadena perpetua. Su riesgo de terminar sus días en prisión es muy alto. La expectativa de vida de un suizo está debajo de los 80 años. Es decir ya pasó el promedio. Y si es condenado, implica necesariamente una cadena perpetua terrenal.
Pero más que eso es el golpe a su orgullo y a su soberbia, para dejarle al mundo una enorme moraleja. No hay intocables y ningún poder o posición o posesión material están por encima de nada ni de nadie. Esas pueden ser las peores personas del planeta. Los más soberbios por cuenta de su poder y riqueza material, serían los más despreciables o repudiables. Tal vez nadie en el mundo quisiera terminar como ellos. Entonces ¿habrá que envidiarlos? Jamás. Ud está por encima de la mayoría de ellos.
