“Dejen de ver la gráfica y disfruten la vida", tuitió en junio pasado Nayib Bukele, presidente de El Salvador, cuando el bitcoin, que es de curso legal en su país, mostró un fuerte descenso en esa gráfica que mencionaba el mandatario. Por estos días tendría que dar el mismo consejo a los salvadoreños porque esa criptomoneda, que es la más conocida del mercado, se fue al piso.
El consejo de Bukele remataba con “Paciencia es la clave”. Pero sus compatriotas que vieron como el audaz presidente milenial invirtió en ella parte de los recursos del país, empezaron a cuestionar los resultados de la insólita apuesta.
Esta vez fue la quiebra de FTX, la plataforma cripto cofundada por Bankman-Fried, que en medio del escándalo de compras de lujosas mansiones para sus ejecutivos con el dinero de los clientes, tuvo que terminar pidiendo acogerse a la ley de bancarrota. Bitcoin se desplomó. Este fue el golpecito la tumbó al abismo, porque después de los días gloriosos de la pandemia del covid-19, empezó una carrera en descenso desde finales del año pasado.
El 6 septiembre del 2021 Bukele compró los primeros bitcoines, tras aprobar la ley que obliga a todos los establecimientos del país a aceptarla. Fueron 400 monedas por las que pagó unos USD 20 millones, porque la cotización rondaba en torno a los USD 51.000, en el fluctuante mercado. Desde el día siguiente los salvadoreños pudieron descargar una aplicación llamada Chivo Wallet donde el gobierno les regalaba USD 30 para promover su uso.
En noviembre, dos meses después, el bitcoin le dio pie a Bukele para cantar victoria. Había subido a USD 65.000. Pero entonces empezó la descolgada. En estos catorce meses El Salvador ha adquirido 2.382 monedas por unos 107 millones de dólares. Las cifras provienen de portales que hacen seguimiento a las inversiones en criptomonedas, entre ellas las que señala el presidente Bukele en su cuenta de Twitter. CoinMarketCap mostraba a cotización de este 18 de noviembre en 16.686, con un pequeño repunte frente a la sima de 16.000 siete días antes, y nayibtraker.com señalaba ese día pérdidas para Bukele por USD 67.429.604. ¡El 63 %!
USD 67 millones prácticamente son el 10 % de los USD 667 millones de la deuda internacional que tiene que pagar El Salvador en enero. China ha salido al rescate de la pequeña nación y a comienzos de esta semana ofreció comprar esa deuda, dijo el vicepresidente Félix Ulloa. Confidencialmente, dos días después Bukele anunció en sus redes que El Salvador había formado un acuerdo de libre comercio con el gigante de Asia.
Esta opción resulta muy oportuna porque el Fondo Monetario Internacional rechazó una solicitud de financiamiento de Bukele, pidiéndole que reconsiderara usar al bitcoin como moneda legal. A las críticas, el presidente le respondió comparándolo con Los Simpson. El Banco Mundial tampoco ve con buenos ojos esa apuesta de Bukele porque señala los riesgos de la volatilidad de la moneda, operaciones de lavado de dinero y otros ilícitos.
Pero presidente milenial, muy versado en los temas tecnológicos, ha promovido la adopción de la moneda digital como una forma de que más salvadoreños se integren a la economía formal, en un país donde el 70 % de la población no tiene cuenta bancaria. Los resultados parecen en contravía. El ciudadano de a pie dice que el que proyecto ha sido un fracaso, porque si el objetivo era que la población utilizara bitcoin en el día a día, no lo hace. Y cuando el gobierno regaló los USD30 del Chivo Wallet la gente cobró el dinero y se olvidó de la aplicación.
Una encuesta realizada hace un mes por la Universidad Centroamericana (UCA), de los jesuitas, señaló que este año el 75,6 % de los encuestados no utilizó el bitcoin para comprar o pagar algo y solo el 20 % de los dueños de algún negocio comercial acepta la criptomoneda como método de pago. Más diciente aún, la encuesta UCA pone en alerta al mostrar que 77 de cada 100 salvadoreños opinaron que el presidente “no debe seguir gastando dinero público para continuar comprando bitcoin”. Poco parece importarle al presidente.
Pero Nayib Bukele se mantiene firme en su posición y sigue apostando a las criptomonedas, específicamente al bitcoin. A través de su cuenta de Twitter, anunció el jueves que compraría “un bitcoin cada día, empezando desde mañana”. Curiosamente, lo escribió en inglés.
Lo que hoy no se sabe es hasta cuándo el mundo de los adoradores del bitcoin seguirá utilizando al salvadoreño Volcán De Conchagua como el ícono de la libertad frente al dólar.