“Comunicación y cooperación”. Fueron los dos términos en los Xi Jinping espera trabajar en su relación con Estados Unidos, según le comunicó al presidente Joe Biden en una reunión virtual desarrollada este lunes.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, le dijo a Xi que esperaba tener una conversación “sincera” sobre los derechos humanos y los problemas de seguridad. Además, el mandatario agregó que deben asegurarse de que sus relaciones no se desvíen hacia un “conflicto abierto”.
Desde que Biden llegó a la Casa Blanca, ha sostenido dos llamadas telefónicas con su homólogo. Unas en las que dialogaron sobre temas como los derechos humanos, el comercio y la pandemia del Covid-19.
Esta vez, los dos mandatarios que han formado una relación desde que los dos eran vicepresidentes, pudieron ahondar en varias de las tensiones que superan su relativa cercanía personal.
En los últimos meses varios temas han puesto en conflicto las relaciones entre los países. Entre ellos se encuentra el desacuerdo de ambas partes sobre los orígenes de la pandemia de Covid-19, la reciente expansión del armamento nuclear por parte de China y la más reciente disputa por la presencia militar estadounidense en Taiwán.
Con los puntos de desencuentro sobre la mesa, varios funcionarios del Gobierno de Biden advirtieron que no habría anuncios importantes tras la reunión y ni se planeaba una declaración conjunta.
La reunión también se da después de que China y Estados Unidos se comprometieron a cooperar para contener la emergencia climática en Glasgow. Un primer acercamiento en materia de medio ambiente, al que se le podrían sumar nuevos derivados de la reunión de este lunes.
¿Un paso hacia el deshielo de las relaciones?
Muchas eran las expectativas frente a la reunión entre mandatarios. Un funcionario de la administración de Biden le dijo a AP antes de la reunión que el presidente quería utilizar la conversación para subrayar la necesidad de garantizar que las dos partes eviten "conflictos no intencionales''.
Otro funcionario estadounidense, le dijo a Reuters, que el encuentro podía ser una oportunidad para que “el presidente Biden le diga directamente al presidente Xi que espera que cumpla con las reglas juego, que es lo que hacen otras naciones responsables".
Por el lado chino, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, anunció este lunes que esperaba que Estados Unidos y China "fortalezcan el diálogo y la cooperación, manejen de manera efectiva las diferencias, manejen adecuadamente temas delicados y exploren formas de respeto mutuo y paz".
Además, se dio en un momento crucial para los dos mandatarios. Mientras que China se prepara para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero y se espera que Xi sea aprobado por los líderes del Partido Comunista para cumplir un tercer mandato, Biden ha perdido popularidad en las últimas encuestas.
Por lo que para varios analistas consultados por AP anotaron que Xi podría estar buscando estabilizar su relación a corto plazo y que Biden buscaría encontrar un “equilibrio” en uno de los puntos claves de su agenda de política exterior.
Una reunión en medio de tensiones latentes
La reunión se dio cuando varios temas tensionan las relaciones entre China y Estados Unidos. Biden ha criticado al Gobierno chino por cometer abusos a los derechos humanos en repetidas ocasiones. Entre ellas se encuentran las represiones en contra de las minorías étnicas al noreste de China.
Acusaciones a las que se le suman los señalamientos de Washington sobre la ampliación del arsenal nuclear chino, al estar expandiendo significativamente sus programas de armas nucleares y misiles.
Por su lado, China ha argumentado que su arsenal es eclipsado por el de Estados Unidos y que está dispuesta a dialogar de haber una reducción en el armamento nuclear estadounidense.
El experto en China del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, Scott Kennedy, afirmó que la reunión se dio cuando "ambas partes sostienen al otro con profunda sospecha y están tomando medidas sustanciales para competir contra el otro en economía, seguridad y política".
Además, un tema especialmente complicado es la situación de Taiwán. Pues, en las últimas semanas las fuerzas militares chinas llevaron a cabo pruebas militares cerca a la isla, un tiempo después de que Taipéi confirmara la presencia de las fuerzas estadounidenses en su territorio.
Una confirmación que llevó a China a catalogar de “provocadora” la actitud estadounidense y a insistir en la reunificación de la que considera como una provincia rebelde, por la fuerza de ser necesario. Aunque Estados Unidos mantiene su política de la "ambigüedad estratégica", ha prometido que defendería a Taiwán en caso de un ataque por parte de Beijing.
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