La Cámara de Representantes de EEUU, por medio de su Comité de Apropiaciones, aprobó un compromiso presupuestal de USD 461 millones para la asistencia bilateral de la administración Biden con Colombia, los cuales estarán sujetos al orden de tres grandes prioridades de las que el gobierno Duque deberá comprometerse y garantizar en su gestión.
La más importante y sustantiva será la lucha contra las drogas, ítem en el que el gobierno colombiano deberá reducir en 50% la producción y cultivos de hoja de coca con acciones integrales que no vayan en contravía del Acuerdo de Paz con las FARC. El documento deja en claro el cambio de enfoque para abordar el tema de las drogas con respecto al gobierno de Trump, que intercedía por las aspersiones aéreas de glifosato.
Consolidado del presupuesto aprobado por la Camara de Representantes de los EEUU (en miles de dólares). Foto: Pantallazo informe
Titulación de tierras, seguridad alimentaria, presencia estatal y protección de DDHH son los lineamientos propuestos por el documento para la efectiva erradicación de cultivos ilícitos en Colombia. Al menos 36 de los 170 millones de dólares de este rubro estarán destinados al fortalecimiento institucional de la JEP.
El segundo punto priorizado por la administración Biden, con 141 millones de dólares, es el apoyo económico donde se resaltan la inversión de 15 millones de dólares en derechos humanos, dinero que sería direccionado a la Comisión de la Verdad, la Unidad de Victimas, la Unidad de Búsqueda y la Unidad de Restitución de Tierras. También un monto superior de 25 millones para el desarrollo directo de las comunidades indígenas y afrocolombianas.
En tercer lugar, está la asistencia al desarrollo, en el que se destaca el lineamiento central que le dan al cuidado ambiental, categoría a la que se le destinaron 11 millones de dólares a la protección de los páramos, reservas indígenas, territorios colectivos de población Afro, parques nacionales, santuarios de fauna y flora, entre otros.
Queda claro el enfoque en temas de DDHH y apoyos para piezas importantes del Acuerdo de paz que el gobierno Biden busca blindar y fortalecer, un cambio de fondo a la política exterior de la administración Trump y que puede determinar un nuevo relacionamiento entre Colombia y Estados Unidos.
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