El espectáculo del 6 de enero, en que miles de manifestantes, muchos de ellos armados, asaltaron el capitolio de EE. UU. y se tomaron muchas oficinas, avasallando a los 2.000 miembros de los cuerpos de defensa del parlamento, ha puesto de relieve la importancia y actualidad que tienen en este país la violencia, la polarización y los asuntos militares.
EE. UU. es la sociedad más militarista y militarizada del mundo. Hay 120 armas por cada 100 habitantes, mientras que en la Unión Europea solamente hay 15 por cada 100. Es el mayor fabricante de armas, y a su vez el mayor exportador, superando a los demás países, controla el 36 % del mercado mundial muy lejos de Rusia, China, Alemania y Francia que le siguen. Abastece de armas a 98 países. En 2019 EE. UU. tuvo el 38 % del gasto militar mundial, llegando a 732.000 millones, casi tres veces que el de China y 10 veces más que el de Rusia.
Sin embargo, este gasto está ampliamente subestimado, pues no tiene en cuenta los costos de las guerras, por ejemplo la de Irak costo más 500.000 millones de dólares, suma similar al de la guerra de Afganistán. Tampoco incluye al Departamento de Asuntos de los Excombatientes (por ejemplo el millón de soldados que pasaron por Afganistán) ni la asistencia militar a otros países, ni las operaciones del Departamento de Seguridad Nacional.
Tampoco incluye los gastos que implican la participación de contratistas militares en sus guerras, hay decenas de empresas privadas dirigidas por exoficiales principalmente de EEUU, pero también del Reino Unido y Canadá, que realizan operaciones sobre el terreno en los países que se encuentran en guerras protagonizadas por el ejército de EE. UU., se encargan del trabajo sucio, y de paso libran a dicho ejército de un involucramiento total, disminuye el número de féretros de soldados norteamericanos que hay que repatriar y están conformadas por exsoldados estadounidenses, pero también por mercenarios de muchas partes del mundo. Constituyen una privatización y tercerización de la guerra. Estas empresas mueven más de 176.000 millones al año y se han involucrado en asuntos que van desde el Plan Colombia, las operaciones en Venezuela hasta operaciones en el propio Estados Unidos.
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Empresas privadas de exoficiales mueven más de 176.000 millones al año y se han involucrado desde el Plan Colombia, las operaciones en Venezuela y hasta operaciones en EE. UU.
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En los diferentes momentos en los cuales el gobierno norteamericano ha anunciado su retiro parcial o total de sus tropas en alguna guerra, han seguido sobre el terreno decenas de miles de tales contratistas, persiguiendo los mismos fines de los invasores, pero con menos visibilidad ante la opinión pública. Por ejemplo, cuando EE. UU. anunció su retiro de Irak, había entre 100.000 y 200.000 contratistas en ese país y allí permanecieron.
La evolución de estas tendencias no ha variado entre un gobierno y otro. Aumento de la venta de armas al mundo, incremento del gasto militar, mantenimiento de centenares de bases, uso de mercenarios y apoyo a las empresas estadounidenses productoras de armamentos. Pero en los diferentes gobiernos varían los énfasis y las modalidades de involucramiento. Obama y su vicepresidente Biden por ejemplo preferían un menor despliegue de tropas, un fortalecimiento de los ataques con drones y un mayor protagonismo de los mercenarios, incluyendo los de la misma región, como fue el caso del Medio Oriente. Al parecer Trump estaba menos interesado en las pequeñas guerras locales y más dispuestas a la modernización de las fuerzas militares que adolecen de serias deficiencias, para enfrentar a Rusia y China, sus adversarios “existenciales”.
Lloyd Austin, futuro secretario de Defensa, proviene de una de las grandes compañías que venden armas
Joe Biden nominó como futuro secretario de Defensa a Lloyd Austin exdirector del Comando Central del Ejército, organismo que supervisa las acciones militares en Oriente Medio y quien guio la invasión a Bagdad en 2003. Veterano de conflictos en Irak y Afganistán proviene de Rytheon una de las 5 compañías que vende más armas en el mundo, obtiene ganancias anuales de 25.000 millones de dólares en 2019 y emplea 195.000 personas.
Este nombramiento y otros que provienen de antiguos colaboradores de los gobiernos de Obama y Bush, permiten prever que las tendencias militaristas continuarán con Biden aunque falta saber cuáles serán sus especificidades.