La falta de una administración constante y consistente, que sólo actúa por impulso y dependiendo de su estado de ánimo, permite que los problemas crezcan y se conviertan en temas de difícil manejo. Aparte de la inseguridad y el mal estado de las vías, por citar sólo dos ejemplos, veamos cómo se ha llegado a situaciones nunca antes vistas en Bogotá, todo por falta de administración.
Los padres de familia de escolares, bloqueando vías para exigir que se restablezcan el transporte y los refrigerios para sus hijos, porque la Alcaldía ordenó volver a las clases presenciales pero sin prever esos servicios esenciales para los estudiantes.
No es que esté de acuerdo con los bloqueos; solo que entiendo la indignación de los afectados y su protesta. Cuando la minga indígena se tomó el Parque Nacional, la Alcaldía hizo mutis por el foro, y posteriormente responsabilizó al Gobierno Nacional, hasta cuando los vecinos desesperados comenzaron a reclamar, pero el problema ya era grande y crónico a lo largo de varios meses.
Resulta que ahora la Alcaldesa sale a decir que los bicitaxis son ilegales, porque supuestamente ya hay suficientes rutas de buses, después de cuatro años que el Ministerio de Transporte los reconoció y ordenó que los alcaldes los reglamenten. De acuerdo con la norma, lo ilegal es que utilicen motores y que transiten por los andenes, además de transitar en contra vía y hacer cruces prohibidos. ¿Qué ha hecho la Alcaldía al respecto, aparte de ignorarlos? Continúa el conteo regresivo: quedan 17 meses.