Un día del 2012 el economista Juan David Reyes andaba por la Avenida Boyacá con 80 cuando su cicla se pinchó. Consultó en google maps y vio que en los alrededores del lugar no había un solo taller para cambiar su llanta. Desde ese momento pensó en crear una aplicación que le permitiera identificar los cientos de talleres y parqueaderos que hay en la ciudad. Se juntó con sus compañeros Yoann Lecuyer, Jorge Palacio y Alberto Alonso, para crear en el 2013 Bicimap.
Con 376 kilometros de ciclorutas y 250 mil bicicletas, los bogotanos son los líderes en el país que le apuestan a este medio de transporte alternativo para combatir el aire cargado de hollín, la contaminación gris que se cierne sobre la ciudad como un techo de zinc.
Al principio sólo era un mapa sencillo que indicaba los sitios de interés para los ciclistas.
La gente respondió masivamente enviando información sobre los eventos y lugares de los ciclistas bogotanos. Gracias a esa información se pudo detectar cuales eran los sitios de mayor inseguridad como la calle 13 con Avenida Caracas y la calle 10 a. Gracias a la puntuación de los visitantes se pudo establecer que la cicloruta de la calle 26 y el bicicarril que conecta la carrera 53 con la avenida Las Américas es la más segura.
La aplicación siguió creciendo y los colectivos de ciclistas podían tener la oportunidad de aportar sus nuevos sitios de interés, además la aplicación ya se podía descargar para dispositivos Android y iPhone
Los consejos encontrados en la página web de Bicimap son toda una guía para el ciclista. Cómo llegar al trabajo en 28 minutos y no en una hora es uno de los temas que con mayor asiduidad visitan y, gracias a los sondeos, se determinó que la cicloruta de la calle 134, libre de vendedores y de obstáculos es la más rápida para andar.
El invento de Juan David Reyes es una prueba más del auge bicicletero en la ciudad. Los resultados se pueden ver en la aplicación. Tops divertidos como cuales son las universidades más bici-amigables permiten ver cómo lo muestra este cuadro.
Con ésta app los ciudadanos continúan su camino para abandonar para siempre los vehículos de combustible fósil. Con todos andando en dos ruedas no tardará el día en que la lluvia ácida deje de caer sobre la sabana.