Las urnas se abrieron a primeras horas de la mañana de este martes caluroso y húmedo, ante un panorama de incertidumbre y tensión.
Los últimos censos de opinión publicados hace cuatro días otorgaban, nuevamente, un empate entre los dos bloques políticos que pujan por un sólo resultado, la permanencia de Benjamin Netanyahu en su cargo de primer ministro, por quinta vez consecutiva, o su partida del cargo para dedicarse a manejar la defensa en el juicio en su contra por tres acusaciones de soborno.
Es la cuarta vez que los israelíes son llamados a las urnas en dos años. Netanyahu derribó sus propios gobiernos para mejorar sus posiciones y lograr mayoría para encabezar una coalición homogénea de la derecha, que le ayude a escabullirse de la justicia, por medio de leyes que le favorezcan.
Y está vez, está más cerca que nunca de alcanzarlo. Netanyahu condujo durante las últimas semanas una campaña electoral brillante, enfatizando el éxito de la campaña de vacunación que prácticamente ya sacó a Israel de la pandemia, mientras que su atomizada oposición no logró ponerse de acuerdo en un candidato para reemplazarlo.
Uno de ellos es Guidón Saar. ¨Hoy tenemos la oportunidad de salir del callejón sin salida de dos años, cuatro campañas electorales en que el país está estancado y hacer un cambio¨, dijo al salir de la urna en la cual votó, en un tono de esperanza y preocupación.