Es cierto que James Rodríguez es responsable en primera persona del rumbo que ha tomado su carrera deportiva. De ser el mejor jugador del mundial 2014 pasó a irse a una liga mediocre como la de Catar con tan solo 30 años y en parte por su mala actitud y poca disposición de jugar y aceptar sus suplencias.
Sin embargo, también hay que decir que Rafa Benítez también fue parte de ese declive de James. El colombiano era estrella del Madrid de Ancelotti y cuando llegó Benítez, lo sentó en la banca sin mucha justificación aparente. Los resultados hablan por si mismos y Benítez fue despedido a los pocos meses por malos resultados.
5 años después de la salida del español del Real Madrid, le ofrecieron la oportunidad de entrenar al Everton y nuevamente se encontró con James. James ya no era el mismo de 2016, venía de muchas lesiones y sin ritmo de juego, muy lejos del gran jugador que fue.
Benítez tenía una excusa válida para no ponerlo a jugar y era el rendimiento. Sin embargo y cuando James ya estaba listo para jugar, el técnico no lo tuvo ni en la banca del equipo y ya se pensaba que podría ser algo personal o que tenía miedo de que James jugara y le callara la boca con un gran partido.
Finalmente James se cansó. Él no está dispuesto a aceptar el no ser ni convocado y buscó destinos nuevos. Ya con el mercado de fichajes en Europa cerrado, la opción la encontró en el medio oriente y será jugador del Al-Rayyan, donde espera tener la continuidad que quiere para regresar a la Selección Colombia.
Done ✅
hecho ✅@jamesdrodriguez pic.twitter.com/uqV4hcW92R— AlRayyanSC (@AlrayyanSC) September 22, 2021