De paso por Madrid me cogió el maldito coronavirus. Llevo semanas de encierro; semanas contado muertos; semanas sintiendo el dolor ajeno. Ojo a lo siguiente. Hoy hubo una buena noticia: en las últimas 24 horas solo murieron 435 personas. ¿Se imaginan ustedes entonces lo que ha sido este infierno? También he sido testigo de hermosas lecciones. Así las clases políticas en sus capas superiores –me refiero ahora a toda Europa-, se peleen como perros y gatos (normal en estas democracias), la compostura de las diversas sociedades nacionales ha sido ejemplarizante. Se han dejado de lado las diferencias. En España, las lecciones de solidaridad contagian. Admirable el civismo y el acatamiento a las normas dirigidas a garantizar la seguridad personal y la del otro. Se ha puesto de presente la importancia de la salud como derecho inalienable y la trascendencia de preservar la vida ajena.
Los vecinos de todos los distritos y barrios de Madrid guardan las distancia física si se ven forzados a salir, pero manifiestan la cercanía emocional y colectiva aún encerrados. A las 8 de cada tarde, como se dice acá, se abren la ventanas de los edificios de apartamentos; todos nos saludamos, y durante quince minutos se aplaude a los servidores de la salud sin consideración de su categoría, oficio o nivel, y a la policía, al son del Himno Nacional de España, de la marcha La Muerte no Es el Final y de la canción Resistiré, tomada hoy como respuesta musical al coronavirus. Manifestación colectiva de que la dignidad de la persona humana y el ser civilizados está por encima de cualquier interés mezquino.
Los gobiernos tienen la preocupación por las recesiones económicas de sus países, todas brutales; sin precedentes recientes. Sus tesorerías arruinadas, sus presupuestos desbaratados; planes y programas llevados del diablo. Déficits fiscales por fuera de toda regla, el paro o desempleo disparado, el ahorro y la inversión desaparecidos y los pagos de salarios suspendidos con lo cual la ley de la oferta y la demanda se vino patas arriba. Es sistema financiero alterado, las bolsas en picada. Eso sí, los debates sobre el salvamento económico como para alquilar balcón; los locales y los que adelantan los jefes de Estado con las autoridades bancarias y monetarias que conforman el sistema económico de la unión Europea, sus bancos centrales nacionales y el Banco Central Europeo.
Lo que acá no se ve ciertamente es el favorecimiento de pulpos financieros por cuenta de tener que mantener a flote la economía nacional en estos tiempos de pandemia; tampoco se conoce que la corrupción campee alrededor de las ayudas económicas de excepción por razón del COVID-19. Y la hambruna callejera y rural no se manifiesta ni se hace referencia a una sociedad por estratos porque no hay ciudadanos de primera de segunda y de tercera. Mucho menos se busca eliminar al otro si es “diferente”, o si no me gusta, o porque ejerza un liderazgo ciudadano que no es de mis simpatías. Acá, en donde estoy encerrado, el tema es la salud, la vida, la recuperación económica y el regreso ciudadano a la normalidad en la calle y a los quehaceres de todos los días. Y la paz no está en juego.
________________________________________________________________________________
Colombia no puede continuar como va. Sola en el hemisferio occidental en materias que se han debido superar hace rato
________________________________________________________________________________
Lo anterior me ha hecho pensar una vez más que Colombia no puede continuar como va. Sola en el hemisferio occidental en materias que se han debido superar hace rato. Desigualdad miserable; hambre; concentración inaudita de la riqueza; espeluznantes odios; regiones desamparadas; violencia desoladora. Sea la oportunidad entonces para dar un timonazo a propósito de la actual tragedia universal. Uno no más si quiera. Creo poder ayudar. Siguen los Elenos en La Habana. En Cuba, república que está recibiendo el aplauso de la humanidad por ser ejemplo de solidaridad universal en tiempos de pandemia. Hablemos con el ELN de paz. De paz para ya. La demostración de seriedad que viene dando es la misma de la que fui testigo con otros amigos de la paz durante las negociaciones que culminaron con el primer cese de hostilidades, de que fuera facilitadora Noruega, entre otros países, y ni más ni menos, representantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Nunca ajeno a ese andar y a su feliz culminación el Santo Padre Francisco.
“Nosotros en esta pandemia, acogiendo el llamado del Papa y de Naciones Unidas, hicimos un cese unilateral durante todo abril, invitamos al gobierno a que nombre delegados y a que pactemos a partir del 1º de mayo un cese de fuego bilateral… (…)”.
“Que el gobierno ponga los temas a la mesa y los discutimos”. (Pablo Beltrán, jefe negociador ELN, El Tiempo, 21 de abril de 2020).
Todas estas manifestaciones hay saberlas leer. Como también hay que contextualizarlas. Fíjense: según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, CERAC, probablemente la institución de mayor importancia de seguimientos de conflictos y seguridad, centro a la vez de investigaciones y desarrollo tecnológico en estas materias, de credibilidad plena en Colombia y el exterior, dirigido por su principal fundador, doctor catedrático Jorge A. Restrepo, “Dese hace 38 días CERAC no ha registrado acciones ofensivas atribuidas al ELN, por lo tanto no hay reporte de víctimas asociadas a la violencia de este grupo guerrillero.
“Han transcurrido 39 días desde que el CERAC registró la última operación militar ofensiva en contra el ELN.
“Así destacamos la completa reducción de la violencia asociada directamente al conflicto entre el ELN y la fuerza pública en los últimos 38 días” (CERAC. Monitor el Cese el Fuego Unilateral del ELN, reporte semanal número 3, abril 22 de 2020. Período de monitoreo: 16 al 22 de abril de 2020. El subrayado es mío).
Gran noticia para el país. ¿Primera piedra de una posible reanudación de los diálogos? Se pronunciarán delegados del Consejo de Seguridad y de nuevo manifestará su deseo el papa Francisco? ¿Se oyen propuestas? De ser así, bendito sea el coronavirus COVID-19.