La gran sorpresa en el Vaticano esta mañana fue la entrada de Eloisa, Matías y Luciana, los tres pequeños de Iván Duque y de la primera dama María Juliana Ruiz. Duque, quien es muy creyente igual que su esposa, le pidió al Papa Francisco la bendición para la familia y le entregó como recuerdo una figura de la sagrada familia elaborada en sal, un libro sobre la basílica de Chiquinquirá y una camiseta de la selección Colombia.
María Juliana llegó vestida toda de negro, y con la cabeza cubierta como lo exige el protocolo con un vestido sobrio y discreto de Isabel Henao, una diseñadora muy distinta a Silvia Silvia Tcherassi quien la vistió para la posesión presidencial.