El municipio de Bello ha estado en el ojo del huracán y bajo la observación de la opinión pública nacional debido a la exposición que los diferentes medios de comunicación le han dado en los últimos años por los constantes escándalos de las administraciones que ha tenido la segunda ciudad más importante del departamento de Antioquia, además de la delicada situación de seguridad que viven sus habitantes ante la mirada impávida de quienes regentan la ciudad. Pero esta situación no es nueva, solo que en los últimos años surgió una especie de preocupación meramente oportunista de quienes pretenden posar como adalides de la moral y las buenas costumbres, pero que es de público conocimiento en Bello que dicha preocupación no va más allá de querer establecer un nuevo monopolio político que destrone al clan Suárez Mira, liderado por Oscar Suárez Mira.
Para un desprevenido, la intención a primera vista podría sonar como loable acción de quienes a través de diferentes manifestaciones, estrategias y campañas de desprestigio han querido atacar y zanjar viejas rivalidades contra quienes han permanecido en Bello, desde la administración y desde la oposición al interior del municipio, situación propia de la orfandad en la que quedaron muchos de quienes hoy quieren “salvar” a Bello. Y en este trabajo han estado acompañados por una bien montada estructura de alianzas, tanto políticas como a través de varios medios de comunicación y periodistas que han logrado posicionar a Bello ante la opinión pública mediante una bien pensada, aunque igual de oportunista, comunicación de masas. En los últimos días, ha arreciado, por ejemplo, las incendiarias columnas politiqueras de Ignacio Mejía, también conocido como Nacho, editor político el periódico El Mundo de Medellín, quien ha evidenciado lamentablemente sus tendenciosos intereses políticos y de sus patronos.
Y es que a pesar de que El Colombiano, periódico familiar y de origen conservador, también podría tener intereses políticos en Bello, ha manejado la postura de los demás medios del país en cuanto a dicho municipio. Sin embargo, El Mundo, propiedad de la familia Gaviria Correa, a la cual pertenece la exsenadora Sofía Gaviria Correa, recientemente nombrada embajadora en Suiza y que fue avalada por el partido liberal, pero del cual se desmarcó a raíz de su evidente distanciamiento ideológico con los principios liberales. La exsenadora, quien llegó al Senado con 43 mil votos y la ayuda de la alcaldía de su hermano Aníbal, para luego quemarse estruendosamente el año pasado alcanzando poco más de 5 mil votos, un costo político bastante alto que pagó por su incoherencia política y su reconocida prepotencia, que a veces rayaba con la grosería frente a quien piensa diferente a ella, muy del pensamiento uribista.
Vale la pena entonces hacer un recuento de todos aquellos mesías salvadores de Bello que aparecen como faros morales, pero que tras de sí cargan con sus propios pecados, muchos de ellos, con la propia justicia colombiana. Comencemos por el exministro Armando Estrada Villa, reconocido liberal, en sus inicios, pero que ha pasado de lado a lado, de partido a partido, según sus intereses, llegando a ser Ministro de Andrés Pastrana, periodo en el cual nunca quiso ser ese salvador que hoy dice querer ser. ¿Dónde estaba en aquella época? Ese camaleónico actuar se lo heredó a su hijo Carlos Mario Estrada, actual director del Sena de Duque. Pasamos a Rodrigo Arango, exalcalde de Bello y quien también rindió cuentas a la justicia colombiana por malos manejos en su administración. Viene ahora Ortega, quien después de exprimir los votos bellanitas para sus aspiraciones políticas, se suma al salón de la justicia por Bello… y sus recursos.
Lo paradójico es que el señor Nacho la emprende con ciertos sectores políticos de Bello, días después de que su esposa dejara de ser la secretaria general del Concejo de Bello, situación muy normal, pero que no por ello deja de ser un muy mal precedente para quitarle peso y credibilidad a los argumentos que ha esgrimido el editor político de El Mundo. Ahora, además de todo el panorama antes expuesto, también aparecen las fantasiosas predicciones, dignas de brujo de bola de cristal, que hace Nacho, creando alianzas impensables como la de Óscar Andrés Pérez, exalcalde de la casa Suárez Mira y que actualmente hace frente a una situación jurídica compleja y el representante del Partido Verde, León Fredy Muñoz, quien de darse esta poco probable alianza, debería enfrentar la oposición y crítica de su propio partido en Bogotá, ya que los verdes son enconados opositores al actual gobierno nacional y el mismo Muñoz ha estado al frente de intensos debates que la oposición ha dado en el recinto del Congreso.
La campaña de desprestigio y de generación de pánico político colectivo tiene dos frentes, el de la comunicación de masas a través de medios de comunicación oficiales, aunque parcializados, como El mundo, y por otro lado el de las redes sociales que se nutren de los primeros y que, a través de la individualización de la información, logran captar la atención de propios y extraños y generar una situación de confusión en la cual quienes ganan son aquellos que han estado más alejados de Bello que quienes han puesto el pecho permanentemente, no solo a esta situación de desinformación, sino a la propia situación crítica en algunos momentos y en la cual precisamente afecta los diferentes procesos que realmente han aportado a la construcción de democracia en la ciudad de don Andrés Bello. Antes de darle credibilidad a toda información que se lee o nos llega, es fundamental que entendamos los contextos que rodean dicha información.