Apoyados por 50 soldados y 40 hombres del Esmad, la Empresa de Energía de Bogotá se llevó varias piezas arqueológicas de dos tumbas Quimbaya, que datan de 2.500 años de antigüedad, durante un operativo realizado en la vereda Volcanes del municipio de Santa Rosa de Cabal Risaralda.
Aunque la Empresa de Energía argumentó la necesidad de llevarse las piezas para conservarlas, la acción de las autoridades se realizó sin ningún tipo de cuidado ni acompañamiento del personal del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), hasta el punto de que al día siguiente el tesoro fue depositado entre costales en un rincón de la Alcaldía de Santa Rosa de Cabal.
La Comunidad de Volcanes venía protegiendo el hallazgo y había propuesto la construcción de un museo indígena que serviría para promover el turismo cultural en la zona. Los habitantes se tomaron el trabajo de construir un techo de plástico para resguardar los objetos que estaban hace más de año y medio en la intemperie.
Con base en los hallazgos se presume que podrían existir otras tumbas en el lugar y por eso la comunidad le pidió al ICANH una valoración del territorio. Esta institución indicó que las obras no podían continuar hasta obtener resultados, pero estos aún no se tienen.
La excesiva presencia de la fuerza pública en esa zona rural fue justificada por la Empresa de Energía de Bogotá, como una medida para prevenir que la comunidad volviera a impedir la extracción del tesoro que ya habían intentado llevarse un año atrás. Además la Empresa ya había interpuesto una demanda ante la Fiscalía por supuesta profanación al Patrimonio Cultural.
La disputa entre la Empresa de Energía de Bogotá y la comunidad, debido al proyecto que busca instalar 83 torres de energía para el sistema interconectado nacional, lleva cuatro años y ha recibido fuertes cuestionamientos por afectar el entorno del paisaje cultural cafetero declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Esta misma empresa afectó la reserva natural Barbas Bremen durante la construcción de otra torre en el año 2015, amenazando la flora y fauna de ese lugar y aportando a esta dinámica de construcción de obras públicas que se imponen sobre la conservación de patrimonios ambientales y arqueológicos.