El empresario mexicano Rafael Kalach, quien a través de su organización Grupo Kaltex adquirió la textilera colombiana en 2008 y se había quedado con el 60.2%, se declaró en quiebra al incumplir la obligación de pagar US$218 millones en bonos. Los mexicanos anunciaron una reorganización que pasaba por la suspensión de la producción industrial de telas pero nunca se creyó que la crisis conduciría a la liquidación y el despido colectivo de trabajadores, como acaban de solicitarle autorización al ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera.
El año pasado se terminaron por mutuo acuerdo 583 contratos de trabajo, pero en la Asamblea de marzo habían dado cierta tranquilidad. Coltejer fue adquirida a la organización Ardila Lulle, y se creyó que la sacarían adelante como parte del robusto grupo industrial Kaltez de México, pero la pandemia frenó el proceso. Las pérdidas alcanzaron los casi 121.000 con una pérdida operativa mayor a los $76.000 millones, superando el año anterior, unos números que sumada la crisis del Grupo y su principal accionista volvieron el proceso irreversible.