En juego reciente Colombia ( al igual que en la eliminatoria pasada) volvió a empatar con Chile, un rival directo y con el último juego ya suman siete puntos , lujo que Colombia no se puede dar, simplemente por ser el local. Por jugar en casa.
En la Casa de La selección.
Pero la historia vuelve a repetirse y es así como en juegos de local, Colombia ha perdido cantidad similar de puntos cuando jugaba bajo la dirección de Reinaldo Rueda, después con Leonel Alvarez, y cuyos empates o derrotas les costaron el puesto en su momento.
No debería sobre el papel ser así.
Leonel Álvarez ha demostrado como entrenador ser un conocedor de su oficio y qué decir de Reinaldo Rueda, recientemente elegido dentro de los mejores entrenadores del mundo.
Los jugadores, todos, son de primerísima línea, y han demostrado en los equipos nacionales e internacionales donde juegan, ser estrellas.
Y finalmente, la Casa de la Selección.
Barranquilla es una ciudad caribe, de reconocido crecimiento en su infrestructura, y su hinchada llena hasta las banderas su estadio Metropolitano, convirtiendo por un día, el famoso Carnaval multicolor de guachernas, y marimondas multicolores, en esa fiebre amarilla que rodea su cancha, con esa alegría, con esa fuerza y con ese aliento “sin igual y siempre igual”
Son casi 70,000 costeños gritando y animando a todo pulmón a nuestra Selección.
Pocas fanaticadas así de alegres, bellas, y fuertes en otros estadios del país a excepción de Medellín –digo yo-.
Entonces, si tenemos entrenador, jugadores y fanaticada, ¿qué pasa?
¿Porque empata o pierde Colombia?
Mi opinión, es el altísimo calor que el sol irradia con fuerza descomunal sobre la cancha del estadio.
El calor de 37 a 40 grados y la humedad del cien por ciento, deberían ser aliados para que los colombianos nacidos en estas tierras, tuviese in “plus” físico y mental sobre cualquier rival que venga.
Jugar en la cancha del Metropolitano es como poner a los jugadores en el centro de una cancha rodeada de 70.000 gargantas que emiten calor intenso , dentro de un horno microondas a todo timbal y encima un sol canicular que golpea incesantemente, como un mazo redondo el yunque cuadrado del horno microondas, donde están metidos los jugadores.
Los rivales y los colombianos. Y todos, por ser en su mayoría jugadores que pertenecen a equipos de otras latitudes del mundo con cuatro estaciones, sufren y mucho, el jugar en Barranquilla. Los hemos visto agotados, sin ideas, y sin fuerzas a veces más que el mismo rival. Por eso es bueno preguntarse si esta “ventaja”, para los nuestros se está convirtiendo en “desventaja”.
@profecaparros