Esculturas en la vía Cristo Rey
Un día Carlos Andrés Gómez iba en su bicicleta vía Cristo Rey en Cali y se dio cuenta que los barrancos que amenazaban con aplastarlo se podían convertir en la próxima pared de su obra de arte. Se bajó y empezó a tallar la tierra. Ese fue el inició de una obra permanente que se expone al aire libre y busca acompañar a los viajeros en su camino hasta la loma.
El artista plástico Carlos Andrés Gómez no estudió en una academia de arte, se formó trabajando en los talleres de Cali. Desde los 14 años empezó a recorrer los espacios de creación de diferentes artistas y con ellos aprendió a manejar técnicas y materiales. A los 23, conoció al cartagenero Héctor Lombana en Panamá, reconocido por obras como “Los zapatos viejos” y “La India Catalina”, quien lo inició en la aventura de la escultura monumental. Empezó a experimentar con el material creando figuras de más de dos metros de altura y poco a poco fue descubriendo su pasión por esta expresión artística.
Se lleno de conocimiento al lado del maestro y de regreso Cali quiso desarrollar su propio proyecto. Primero pensó en hacerle un monumento a la salsa, después se le ocurrió un homenaje a los cañeros, hasta que un día subiendo a Cristo Rey supo que el tributo debía hacérselo a la naturaleza.
El proyecto se llama “Kilómetro cultural geoglifos de Cali” y pretende intervenir 34 barrancos de la misma manera en que lo hizo con la pieza “El lamento de la Pacha Mama”, la primera de esta colección. Con ella descubrió las bondades de la tierra que lo animaron a continuar trabajando sobre la carretera y llevar a cabo esta muestra de arte gratuita.
Geoglifos es la técnica que utiliza Gómez y significa tallados en la ladera o grabados en la planicie. Geo viene de tierra y Glifos de escritura. La idea es tallar la tierra a partir de la lectura que Gómez hace de la superficie teniendo en cuenta su grado de inclinación, sus pendientes, tiempos de lluvia, grados de erosión pues entre más humedad mejor, porque así no se agrieta la tierra.
Después de esto viene el proceso de creación que es puramente intuitivo porque no cuenta con bocetos ni diseños preliminares. Las formas van naciendo sobre la marcha de acuerdo a los mensajes que le transmite la tierra y sus manos van transformando en obras que terminan siendo un paisaje colorido de formas irregulares.
Carlos Andrés vive casi en condiciones de mendicidad porque no son muchos los aportes que recoge de quienes van a tomarse fotos frente a su obra. Quisiera contar con más apoyo, no solamente económico, sino de quienes en ocasiones han deteriorado la obra con grafitis. Gómez sueña con terminar con este proyecto y crear nuevas rutas turísticas a través de un arte que pretende adornar los paisajes colombianos.
