Después del título de Copa Colombia obtenido por Atlético Nacional, la afición verdolaga se ilusionaba con una clasificación a la final de Liga, algo que no era del todo imposible, después de que sus jugadores mostraran algo de jerarquía, siendo un equipo tan joven, ante su archirrival Millonarios.
Pero después de alcanzar 6 puntos y ponerse en la tarea de buscar resultados, sus aficionados esperaban un debut contra el rival de patio que les diera la posibilidad de seguir vivos en el grupo, sin embargo, algo más estaba pasando al interior de la tribuna, desvanecido o apaciguado por la vuelta al estadio de su principal barra, los del sur, donde después de ciertos juicios, intentos de encarcelamientos a sus líderes se vislumbraba una reconciliación y una perpetuación de esta barra sobre las dinámicas del club.
Pero lo sucedido en el municipio de envigado después de la invasión de hinchas al campo de futbol, fue una trifulca interna entre dos facciones de la misma barra, una representada por el comité y sus filiales y otra por uno de los parches históricos de esta colectividad denominada la “banda pirata”, una facción conocida por sus viajes internacionales siguiendo a nacional.
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Después del suceso los medios de comunicación trataron de acusar a otras barras disidentes del mismo club de este hecho. Lo cierto es que la interna que se viene asomando al interior de los del sur, hoy tiene a esa colectividad bajo la lupa de la deslegitimidad social y la poca credibilidad de su pasión frente al club, incluso los propios hinchas, haciendo uso de su figura natural, hablan de monopolio, prebendas y otros aspectos que generan una atmosfera difusa y de mucha confusión alrededor de esta barra.
¿Qué viene ahora? Lo cierto es que surge la tercera gran ruptura en los del sur, la primera representada por la nación verdolaga, una colectividad autónoma de larga trayectoria, la segunda con la más fiel-los rebeldes, una barra local del propio seno antioqueño que se encuentra con severas sanciones desde lo institucional y la tercera la denominada banda pirata quien anuncia al club su llegada a la tribuna norte, para seguir con su aliento hacia el club, lugar donde de manera oficial o no se han instalado desde hace años la nación verdolaga (NV) y la más fiel (LMF), algo que muchos han querido negar pero que ante la hinchada es un hecho obvio en cada partido.
Tres líneas de barrismo en una sola tribuna, que no poseen acuerdos internos más allá de la no agresión y una tribuna sur que se va desquebrajando por sus propias dinámicas internas, hoy demuestran que la crisis en Atlético Nacional no solo afecta al club, sino que llego hasta permear su propia barra y genera nuevos escenarios en disputa, así que ¿cuál será el desenvolvimiento de estos acontecimientos?
Solo el tiempo lo dirá, si estas tres facciones crean un solo bloque disidente, se crean códigos de convivencia o entran en disputas internas por una parte del Atanasio o si simplemente toman rumbos diferentes y crean unos mínimos acuerdos para disputar y desafiar el orden imperante de los del sur