Atrevámonos a decir que la mayoría de mujeres pueden acordarse perfectamente de la primera vez que una barbie llegó a sus manos. Parecía una locura poder ver en una muñeca lo que deseábamos ser. La maquillábamos y acomodábamos a nuestro gusto sin pena ni gloria; le cortábamos el pelo, la vestíamos como nosotras quisiéramos y le poníamos la ropa que, tal vez en el fondo, nosotros queríamos usar. La barbie tenía la magia de hacernos sentir tan cómodas que no notábamos que queríamos ser como ella, nos dejaba con la idea de que solo queríamos jugar con ella. Se trataba de la inocencia de la infancia. El problema vino más adelante cuando la imagen femenina de muchas de nosotras se empezó a distorsionar con la muñeca. Para muchas mujeres la barbie se convirtió en uno de los referentes femeninos más fuertes, y fue de tal forma que aquel hombre que jugara con una de esas muñecas, era "menos machito". Era solo un juguete para mujeres, sobre todo para aquellas que disfrutaban cocinar, tener hijos, ser enfermera, médica, entre otras.
Pero esto vino años después del nacimiento de la barbie, pues de los primeros objetivos que tenía era mostrar el empoderamiento femenino, y visibilizar al rol de la mujer. Antes, uno de los juguetes predilectos de la mujer era el ‘Nenuco’, un bebé que simulaba ser “nuestro hijo” y parecía educarnos para tenerlo en un futuro. Mattel le dio la espalda a esa idea y sacó a Barbie, una muñeca que mostraba esa otra cara de la moneda de la mujer. Ruth Handler fue la madre de esta muñeca. Fue en 1959 que salió el primer ejemplar que retrataba la emancipación femenina, pues años antes había empezado a gestionarse la aprobación del voto femenino, y esta muñeca llegó a empoderar a las mujeres con respecto a sus roles sociales: podían ser lo que ellas quisieras, cumplir el rol que quisieran y ser la mujer que desearan. Handler bautizó a barbie con ese nombre por su hija, Bárbara, pues había sido por ella que se había obsesionado con sacar una muñeca que mostrara los roles adultos de la mujeres. Aunque al inicio nadie le apostaba a este proyecto porque 'Nenuco' tenía todas las de ganar, la barbie logró mantenerse como la muñeca más vendida a nivel mundial hasta el día de hoy. Incluso con algunos altibajos que ha tenido.
Frida Kahlo
El problema vino después con el rol físico y de cuerpo que la barbie empezó a representar: una mujer de talla delgada, esbelta y con medidas imposibles de tener en la vida real. Las niñas pequeñas deseaban no solo ser médicas sino 'médicas delgadas, esbeltas y lindas', entendiendo estos adjetivos desde la mirada de una mujer rubia, de ojos claros, piel blanca y maquillada. Fue entonces que nació toda una revolución femenina y la barbie decayó considerablemente en ventas. También las mujeres jugaban con carros y los hombres con muñecas. Muchas formas de entender e interactuar con los muñecos, cambiaron.
Mattel se dio cuenta de que la diversidad femenina podía ser representada también desde las muñecas y sacó mujeres negras, de tallas grandes, jugadoras de fútbol, raperas, e incluso personajes reconocidos como Frida Kahlo; Gabby Douglas, campeona de gimnasia; Ashley Graham, modelo y activista del cuerpo; Amelia Earhart, una pionera de la aviación; Patty Jenkins, directora de cine; Héléne Darroze, una reconocida chef; Katherine Johnson, física y matemática de la NASA, y Nicola Adams OBE, la capeona de boxeo. Todos estos personajes con el fin de inspirar a las mujeres y a los niños frente a los roles que una muñeca de estas puede representar, con la iniciativa que montaron de 'Sheroes'. Además, la muñeca busca ser inclusiva con personajes discapacitados, no solamente con mujeres que ya cumplan papeles "famosos", sino también con mujeres reales del día a día y que hacen parte del mundo en el que se viven. 'Mujeres reales'.
Barbie silla de ruedas
Patty Jenkins, directora de cine
La apuesta sigue y las barbies se humanizan cada vez que la sociedad va teniendo exigencias de género y de empoderamiento, sobre todo con los roles femeninos. Mattel sabe que los tiempos cambian y, así mismo, sus exigencias.
