El mundo no puede ser igual después de esta pandemia. Necesitamos construir una nueva imagen del mundo, nos urgen nuevos mitos y nuevos relatos. Sin embargo, vemos que quienes tendrían la responsabilidad de ayudarnos a crear una nueva figura del mundo, los periodistas y los medios de comunicación, sólo siembran pánico. No están generando en los ciudadanos de hoy la capacidad de la imaginación, una que posibilite la creación de nuevas formas de vivir; contrarias a las que nos han llevado a este atolladero.
Los periodistas, quienes son usados por los medios de comunicación, solamente se han dedicado, en muchos casos a entretener a la audiencia a través de series de terror, porque sí, eso es lo que parecen los medios de comunicación: obras de horror que nos hacen aislarnos en el odio y en la poca capacidad de pensar cómo podrían ser las cosas en un nuevo mundo, en un mundo diferente, en el que todos los seres humanos podamos habitar y en donde haya un espacial cuidado por la Madre Naturaleza.
Ojalá que los periodistas se revelaran contra los medios para los que trabajan y se arriesgaran a crear contenidos para la reflexión, contenidos que nos ayuden a los seres humanos a pensar cómo vamos a vivir después de todo esto. Estamos presenciando que los modelos de éxito están fracasando, que el hombre dios está muriendo, que nuestra codicia está aniquilando la sacralidad de la naturaleza y que el hombre dios ha humillado a la mujer durante siglos.
Todo tiene que cambiar, pero cómo cambiar si vivimos en una esquina asustados, llenos de miedo. Tenemos tanto miedo que deseamos que reviva el mundo al que ya no podemos salir; ese mundo de la barbarie, de la envidia, de la codicia, de la aniquilación a la vida, de la violencia de los machos y del enaltecimiento al dios dinero.