Recuerdo con impotencia y algo de rabia cómo hace más de un año un derrumbe en la vía al llano, más exactamente en el kilómetro 58, produjo un cierre que duró más de tres meses y que trajo consigo un colapso a nivel económico en cientos de empresas del Meta y Casanare, y que generó importantes pérdidas para los comerciantes de la vía que conecta Villavicencio con la capital de la república. En ese entonces, el gobierno presidido por Iván Duque Márquez anunció beneficios para la reactivación del sector hotelero y comercio golpeado por el cierre que entre otras cosas impedía que se transportaran por este importante corredor vial alimentos e insumos de primera necesidad.
Pues bien, estas ayudas nunca llegaron. Como dicen por ahí, mucha carreta y poca acción; típico de este gobierno inmoral e insensible con los pequeños y medianos empresarios del país, quienes generan alrededor de diez millones de empleos en Colombia. Además, mientras todo esto pasaba, Avianca ni siquiera se sonrojaba al cobrar un valor cercano a un millón de pesos colombianos (por persona) por un tiquete desde el Aeropuerto El Dorado hasta el Aeropuerto Vanguardia: un recorrido aéreo que no supera los 30 minutos, incluyendo el despegue y el aterrizaje.
Una infamia que hoy, más de un año después, muestra la hostilidad que tuvo esta aerolínea con los colombianos al valerse de la necesidad para imponer precios a su antojo, más sin tener en cuenta la situación de emergencia que vivía la región por cuenta del derrumbe generado en la vía. No se puede dejar de lado que, fuera de lo ya mencionado, esta situación también generó que los transportadores se vieran en la necesidad de hacer un recorrido de cerca de doce horas desde la capital del Meta, pasando por algunos municipios de Casanare y Boyacá, para llegar a Bogotá (con la despensa de alimentos producidos en el interior del país y de vital importancia en centrales de abasto de Bogotá y de la región central).
En fin, aún con todo esto, el gobierno decidió otorgarle a Avianca un supuesto préstamo por un valor de USD trescientos setenta millones de dólares, valor que en pesos colombianos se acerca a los 1.5 billones de pesos; sin importarle los miles de pequeños y medianos empresarios del país que están al borde de la quiebra por cuenta del brote del COVID-19 en el mundo. Este es un claro ejemplo de que al gobierno solo le interesa pagar favores políticos y personales: no se puede olvidar que la hermana del presidente tiene un importante cargo en Avianca.
Así mismo, esta decisión es una muestra contundente de que Duque jamás se preocupará por la clase media y baja del país; de hecho, parece que él se dedica a sonreirle a los poderosos empresarios de Colombia y a generar políticas que solo los benefician a ellos; incluso es bastante probable que tengamos una reforma tributaria, que tocará el bolsillo de la clase media y baja del país, después de que el virus se haya extinguido (esto para justificar las ayudas y los préstamos que da el gobierno a aquellos que no tienen necesidad).