Después de haber visto y escuchado el debate que ayer le hizo el Senado al ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla confirmamos atónitos una vez más que el Congreso colombiano es un circo romano, más cuando de proteger y alcahuetear a los mismos con las mismas se refiere.
Luego de que Jorge Enrique Robledo y Alexander López —los senadores citantes— demostraron hasta la saciedad que Carrasquilla diseñó la ley y las normas que le permitieron enriquecerse después con los créditos leoninos que se le hicieron a 117 municipios para construir acueductos y alcantarillados, denominados los bonos del agua y ahora los bonos Carrasquilla, el Congreso —con senadores liberales, conservadores, de cambio radical, de la U y del Centro Democrático— defendió a capa y espada al ministro, con el senador Álvaro Uribe a la cabeza, quien tuvo la desfachatez de afirmar que Carrasquilla solo se ganó 8.000 millones de pesos por su trabajo como asesor del descomunal negocio. Poco faltó para que el ministro hubiera salido en hombros de sus colegas o para que le hubiesen conferido la Cruz de Boyacá.
Cabe decir que estuvimos atentos al debate contra el ministro Carrasquilla no porque pensáramos que por fin se le iba a aplicar la moción de censura a un funcionario de esta talla, sino porque queríamos ver si en algo había cambiado el Congreso colombiano, si lo que predica el presidente Iván Duque de un verdadero cambio y de cero corrupción es cierto y por ende el Senado iba a dar un ejemplo contundente de la nueva política nacional. Pero no, mamola, como dijo Serpa. Todo sigue lo mismo, los mismos con las mismas.
Además, la desfachatez ha llegado a tal extremo que en defensa de Carrasquilla, Álvaro Uribe se atrevió a decir que este es un hombre probo y que solo se había ganado 8.000 millones de pesos por su asesoría en el negocio de los créditos a los municipios, sin recordar que Carrasquilla fue el ministro que en su mandato dijo que el salario mínimo de los colombianos era ridículamente alto. ¿Cuántos salarios mínimos ridículamente altos se ganó en esos 8.000 milloncitos?
Pues bien, Alberto Carrasquilla llegó al debate con la tranquilidad que le daba la seguridad de que a la final el estatus lo sacaría adelante y que en su defensa saltarían todos los que quieren que las cosas sigan así, y así fue. Había que ver las risotadas oreja a oreja del ministro a su salida del “recinto de la democracia”, mirando a cada lado en qué momento le impondrían la Cruz de Boyacá por su gesta en favor de la patria.
No se cumplió, no se cumple y no se cumplirá la frase del presidente Duque: “el que la hace la paga”. De hecho, como dijo el senador Robledo: "el que la hace se premia".
No nos detendremos en las minucias del debate, que no tuvo ni chicha ni limonada, como dijo algún senador del Centro Democrático. Tampoco hablaremos de los detalles, las denuncias y la defensa de lo indefendible que ahí se trató, solo queremos resaltar que las cosas siguen iguales que antes, que definitivamente el IVA se va aplicar a todos los productos de la canasta familiar (incluidos los huevos de codorniz), que no demora la reforma pensional para aumentar la edad de jubilación porque la mesada ya se disminuyó a través de un fallo del Consejo de Estado, que se van a quitar los subsidios al gas y a la energía eléctrica y que todos agradeceremos con el alma estas nuevas y “beneficiosas medidas”, y que como siempre seguiremos votando por los mismos con las mismas y condecorando a nuestros verdugos.