Hay dos hechos que me han llamado la atención en las últimas semanas.
Uno tiene que ver con lo particular del accionar de los ciudadanos de esta nación, pues a pesar de la imagen tan pésima que los políticos tienen, la gran mayoría de los ciudadanos aún los siguen idolatrando. Es particular, pero todos los días nos damos cuenta a través de las noticias amañadas de diferentes medios de comunicación cómo los politiqueros que manejan este país se roban y desfalcan las arcas de este pueblo que tiene más dinero que cualquier otro en el mundo. Según informes esto lo hacen algunos a través de contrataciones, otros rompiendo vías e inclusive algunos otros alimentando colegios.
Lo más particular de todo es que en vista de todo lo que pasa, la ciudadanía en su gran mayoría habla y despotrica de todos estos funcionarios públicos —insultos van y vienen, frases de grueso calibre, en fin, los peores calificativos para estas personas—, pero nada hace. De hecho, lo que yo no logro entender, como me pude dar cuenta en las elecciones pasadas a Cámara y Senado, es cómo los ciudadanos después de hablar mal de los politiqueros durante tres años, en menos de un año y en cuestión de meses cambian las posturas y como si fueran dioses los idolatran y adoran. Son tan particulares dichos colombianos que hasta camisetas y afiches llevan con la imagen de los politiqueros o partidos políticos que se han robado la plática y que tanta rabia nos han sacado. ¿Quién entiende a los colombianos?
Incluso, es de conocimiento público el patrocinio que algunos grupos al margen de la ley le han dado a algunos candidatos a cargos políticos y lo más particular de todo es que hay ciudadanos que conociendo esto y sabiendo del daño que le han hecho estos grupos al país, patrocinan y le hacen publicidad a estos candidatos. ¡Qué cosas de locos las que se viven en Colombia!
Por otra parte, el segundo hecho tiene que ver con el último incidente que involucró a la empresa Mundo Limpio: el incendio voraz que generó una contaminación impresionante en el ambiente y una destrucción de gran cantidad de llantas. Esto me hace preguntar, si bien no es el primer incidente que ha tenido esta empresa en nuestro municipio, ¿cuál es la culpabilidad de la administración municipal? Lo anterior, a sabiendas de que es este el organismo de control encargado de evitar que este tipos de incidentes sucedan.
Además, si la empresa no contaba con las medidas de seguridad suficientes para evitar estos incidentes, ¿por qué la administración municipal a través de sus órganos de control realizó antes los llamados de atención respectivos? Y en el caso de que hayan sido realizados y no fueron acatados, ¿por qué no obligaron al cierre de la misma, mientras dicha entidad no cumplía con las normas de seguridad requeridas por la ley? No obstante, no podemos ser ciegos ante el papel que cumple esta empresa ni desconocer su importancia, pues descontaminan al planeta de este tipo de material que es nefasto para el medio ambiente.
Para cerrar, estoy seguro de que estos problemas se minimizan al máximo si las autoridades pertinentes le hacen un control minucioso a este tipo de empresas que trabajan con productos altamente inflamables. Ahora bien, ¿qué tal el reporte de la alcaldía y de Cornare al decir que este incendio no genera como tal un peligro para la salud de los carmelitanos, mientras que un biólogo especialista entrevistado por Viboral Noticias describía que este tipo de combustión es altamente peligroso para la salud humana? Qué tristeza de gobernantes los que dirigen esta comunidad.
¿Hasta cuándo por Dios?, ¿hasta cuándo?
