¡Ay, disparo asesino, acabaste con Gaitán!
mataron a Gaitán, el hombre que era pueblo
se levanta el grito indómito del mal llamado patán,
es el pueblo indignado con su esperanza en el suelo
en cuyo corazón va creciendo el espíritu insurrecto
de un pueblo hastiado que grita, ¡Hoy se acaba este cuento!
Miente la historia diciendo que esto inició la violencia
pues antes de morir el caudillo volaba el pájaro armado
con comisión remarcada de acabar con la conciencia
y con balas de desprecio pagadas por el burgués infame
masacró ilusiones, almas y sobre todo paciencia,
porque su ruindad no acepta y a su vileza le arde
que la gente es gente, llámese como se llame.
El latir del corazón se apagó con la masacre
va ganando el oligarca que por dólares prefiere
acabar su dignidad y ser una simple colonia,
estos años de matanzas en que se gestó la debacle
Gaitán, Pardo, Jaramillo, Pizarro y quienes en angustia cayeron
cada una de sus muertes nos dolieron en el alma,
se murió nuestra esperanza, Ay balazo despreciable,
de un pueblo que lucha y sufre arrodillado por el hambre.
Hoy Uribe, Santos y Lleras y sus rufianes aliados
nos sumieron en un sueño cual “Rip Van Winkle” colombiano
nos distraen con Venezuela y sus problemas lejanos
para que olvidemos Odebrecht, Reficar,.. y su desdén inhumano
y como buenos borregos bien calladitos votamos
con estúpida complicidad por cementico, tamales y ajiaco.
¡Despierta bella durmiente!, es el clamor desesperado
de corazones valientes que miran con impotencia
como este pueblo indolente con su falso patriotismo de estadio
se baña en estiércol gritando ¡gol de James, carajo!,
así los medios prepago opacan al que despierta
con sus realitys de idiotas y sus noticias de mierda,
así pudieron Uribe y Ordoñez, con su marcha del cinismo,
demostrar que son capaces de impulsar el fanatismo.
¿Es este un pueblo ignorante? Tal vez, así lo parece,
pero no hay que ser muy sabio para saber quién nos merece,
hay opciones de cambio que renuevan la esperanza
y ojalá que el asesino, que en las sombras ha operado
acabando el patriotismo de buenos grandes hermanos,
no masacre la ilusión de un pueblo tan pisoteado
y no se vuelva a escuchar el grito desesperado
¡Ay disparo asesino, acabaste con Gaitán!
y vuelva el ciclo infame a empezar, pero esta vez recargado.