El juzgado promiscuo de Popayán emplaza a todas las personas que se consideren con derecho a intervenir en la diligencia de liquidación de herencia, conocido como el Gato, identificado con cédula que se busca afanosamente en la registraduría de la ciudad pero que, posiblemente, se halla en los juzgados, donde cursan varias acusaciones y procesos porque el personaje era fichado como incómodo y sospechoso.
Aunque hay que aclarar que no pertenecía a ninguna organización política, militar, guerrillera, narcotraficante ni mafiosa, tan solo tenía trato con el congregado estudiantil de Derecho.
Del Gato se sabe que permanecía en una banca de cemento junto al templo de Santo Domingo contemplando la ciudad con mirada analítica, crítica y caricaturesca.
Dada la condición natural de Gato, como es el hecho de las siete vidas, sobrevivió a diferentes vicisitudes: Al frio y al calor por su permanencia sentado en ese espacio de cemento. A las iras por dudar sobre la normalidad. Al covid en tiempo de la pandemia y la peste. A los gases lacrimógenos en las diferentes refriegas con la policía. A las persecuciones callejeras cuando participaba en manifestaciones y protestas. A los insultos de muchos cuando los carteles denunciaban alguna calaverada en la ciudad. No se sabe si por milagro se salvó de quedar ciego por alguna bala de goma disparada sobre su humanidad, en tiempos del paro nacional de 2021.
Las conciencias piadosas no le perdonan que en una semana de representaciones teatrales y comedias, conocidas como procesiones de Semana Santa se vistió de humilde nazareno, con túnica, coronado de espinas y sandalias.
Recorrió el espacio sagrado llevando la cruz a cuesta, denunciando las cochinadas de personajes eclesiales. Aunque vale aclarar que se redacta una petición al Vaticano para que no se le dé lugar en el santoral, mucho menos porque hasta ahora no ha realizado ningún milagro, a no ser el de permanecer vivo en multitud de manifestaciones y protestas cuando con armas: bolillos, gases lacrimógenos, objetos contundentes, buscaba restituir el orden.
Hay que añadir una acusación, que se instauró en trámite en el momento del paro respiratorio que lo llevó a la tumba, causado por el aire viciado de la ciudad. Tal denuncia que se halla en trámite y dentro de lo establecido da cuenta de irrespeto a la autoridad legítimamente constituida.
Es el caso que cuando las instituciones: alcaldía, gobernación y entidades nacionales realizaban una manifestación en apoyo a las políticas estatales, de un momento a otro, el Gato, portando un anuncio se puso en la primera línea. “Autoridades de la nación”, anunciaba el dicho aviso, visto desde los personajes que lentamente se desplazaban, en un aire de solemnidad, por el parque Caldas, mientras que, visto desde el frente, decía: “Estos son los que roban no sé qué.”
Se ordena la publicación de este aviso en el periódico, en las emisoras locales, en cumplimiento por lo dispuesto en los artículos y decretos, ordenándose su fijación en lugar visible. (Hay firma y sello.)