Viva Air y Ultra Air, dos aerolíneas de bajo costo, les dieron un golpe bajo a los viajeros colombianos cuando una detrás de la otra anunció que cerraban sus operaciones. Ambas aerolíneas fundadas por William Shaw en Antioquia se encontraron con problemas financieros insalvables que no les permitían volar y aquellos que las tenían como su primera opción para comprar pasajes baratos, quedaron desamparados.
Ambas acudieron a la Superintendencia de Sociedades con el fin de buscar un salvavidas, pero se encontraron con respuestas opuestas. Mientras que Ultra Air ya obtuvo el permiso para reorganizarse, lo que le podría permitir volver a operar en el medio plazo, Viva Air comenzó su proceso de liquidación. Lo cierto es que, en este momento, ninguna de las dos está volando y los cerca de 7,7 millones de pasajeros que transportaban cada año (5,1 de Viva Air y 1,5 de Ultra Air) están urgidos de nuevas opciones.
Los primeros en responder el llamado de auxilio fueron Avianca y Latam, dos de las aerolíneas más grandes de Colombia y Latinoamérica. Cada una por su lado, se ha puesto manos a la obra para ocupar el 17,6 % del mercado que dejaron libre las dos de bajo costo. Avianca, por un lado, se ha quedado con el 11 % y Latam, por el otro, con el 6,6 %.
De esta manera, ambas se siguen consolidando como las dos empresas más grandes del mercado aéreo colombiano. Avianca, ya con la tajada que obtuvieron de la salida de Viva y Ultra, quedó ocupando casi la mitad del mercado (un 48 %) y Latam un nada despreciable 27,4 %. Les siguen Easyfly (5,2 %), Satena (3,75 %) y Copa Airlines (3,1 %).
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