Aviones básicos: asientos estrechos y más duros que una tabla. Un bus intermunicipal tiene más comodidades.
Miseria absoluta: en vuelos internacionales de más de cuatro horas no ofrecen ni un vaso de agua.
Dificultad de acceso: en Bogotá las salas de embarque de Avianca quedan en la quinta porra y en otros aeropuertos del exterior están en el culo del mundo.
La tarifa más económica no otorga millas, lo que no sucede en las demás aerolíneas.
El call center se volvió una pesadilla en tiempo de espera.
Lo único que no es de bajo costo en Avianca es el alto costo de los tiquetes.
Es una tristeza constatar en lo que se ha convertido esta aerolínea, antaño emblemática de Colombia.
Viajar en Avianca es peor que viajar en el anca de un caballo. ¡Qué bestia!
Avianca = Alanca