¿Cómo así que el gobierno gasta cuatro mil millones de dólares en 24 aviones de combate para defenderse de Venezuela y no tiene con qué combatir los enemigos locales, el narcotráfico y la subversión?
¿Con qué derecho el gobierno colombiano se inmiscuye en asuntos de Venezuela, Cuba, y Nicaragua cuando no es capaz de solucionar sus propios problemas y es cuestionado por violar derechos humanos?
¿Con qué argumento, diferente a “todos contra Petro”, pretende el gobierno que los colombianos elijan otro presidente que diga Uribe?
¿Qué hay que agradecerle a Uribe y al Centro Democrático, además de regalarnos?
- Estadísticas de 753 líderes sociales asesinados en los últimos cuatro años.
- Estadísticas de 6402 falsos positivos.
- 21 millones de colombianos que viven en la pobreza.
- Una vocera que aúlla “¡estudien, vagos!”, pero no tienen dónde.
- Un presidente que se cree El Pibe y afirma que “todo bien” en su propio reality.
- Un gobierno “democrático”, donde la oposición es atacada, ignorada y vilipendiada con el beneplácito de todos los entes de control.
- Desplazamientos masivos en Hacarí, Santander, y en Ituango, Antioquia.
- Hordas de migrantes en el Chocó “a la buena de Dios”.
- El mayor índice de corrupción de la historia.
- El Inri de “qué vergüenza ser colombiano” ante la comunidad internacional.
¿Será que continuamos hipnotizados y atemorizados o nos ponemos las pilas, nos quitamos la mierda de encima y buscamos alternativas?
Averígüelo, Vargas, antes de que sea tarde.