Remito para su conocimiento la Acción de Tutela mediante la cual se solita amparar el derecho de 3.833 niños y niñas de la etnia indígenas wayúu del Municipio de Manaure, La Guajira a la Educación, dado que la Gobernación de la Guajira y más concretamente la Gobernadora Sugeila Oñate Rosado, ha venido vulnerando el derechos a la educación consagrados, en el artículo 44 de la Constitución Política de Colombia, el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales, la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana de Derechos Humano, y la Ley 1098 de 2006.
Nuestros niños y niñas gozan de protección especial en normas de carácter superior, tanto en tratados internacionales a los cuales Colombia se obliga como en la Constitución Política que es nuestra norma de normas y numerosas leyes, y en especial en la legislación indígena, sin embargo, durante el año 2014 el derecho a la educación se ha venido vulnerando en atención a la negativa de la Gobernadora de contratar los servicios según los usos y costumbres y a lo regulado en el Decreto 2500 de 2010.
El Ministerio de Educación Nacional, ha venido consolidando espacios para la construcción concertada de lineamientos de política para la atención educativa de las poblaciones indígenas. En este marco se conformó en junio de 2007 por decreto la Comisión Nacional de Trabajo y Concertación para la Educación de los Pueblos Indígenas, CONTCEPI, en la que participan 21 líderes regionales, en cuyo espacio de discusión y de construcción conjunta se elaboró la propuesta del perfil del sistema educativo indígena propio.
En el entendido que la aprobación del sistema de Educación propia, el pasado 13 de noviembre de 2009 el gobierno Nacional reconoce la integralidad de la propuesta del sistema educativo indígena propio, la cual incluye en el componente administrativo el tema laboral del personal docente de los pueblos indígenas y expresa la voluntad política para hacer la entrega de la administración de la educación a los pueblos indígenas.
En el caso de los niños y niñas de nuestras comunidades, dichos derechos están solo a nivel enunciativo porque las mismos no se han traducido en acciones reales, efectivas, permanentes y universales que les garanticen el derecho a la educación en igualdad de condiciones que los demás estudiantes del país, no solo no se contrata a tiempo, en nuestro caso a mayo 2 de 2014 no se ha contratado el servicio, sino que se pretende imponer como ejecutores a gente extraña a la comunidad vulnerando las concertaciones previas que nos autoriza el Convenio 169 de la OIT
A nuestros niños wayuu aparentemente no hay quien los proteja, dado que como ha quedado evidenciado por el programa de Pirry y por los informes de la Defensoría del Pueblo, los mismos están amenazados por el abandono, la pobreza extrema, la enfermedad, la desprotección en todos los ámbitos, el marginamiento social y territorial, y lo más aberrante, el hambre, que es la forma más inhumana de maltrato social que existe y que ha sido denunciado ampliamente en los últimos meses en el Departamento, y si a esto le sumamos el no aseguramiento del acceso a la educación y demás servicios que de esto se desprende, amén de muchas otras que por su propia decidía, inoperancia, ineficacia y negligencia el Estado Colombiano se ha negado a reconocer.
La no contratación de los servicios de educación vulnera los derechos de estos niños, les impiden acceder a la alimentación escolar, el transporte escolar, atrasa su desarrollo, los aleja de la cultura y se les arrebata la posibilidad de tener un futuro.
Bien es sabido que muchos niños solo se alimentan gracias a los programas de alimentación escolar, y hasta esto se les está negando.
Por esta razón establecimos como comunidad una acción de tutela en la cual se solicita se tutele el derecho a la educación y el respeto a nuestros derechos y autonomía cultural y étnica.
No se puede seguir maltratando a los indígenas de Colombia, y menos a los wayúu a manos de arijunas que no solo no nos entienden sino que pretenden lucrarse con nuestro pobreza y difícil situación.
Cordialmente
Jhon Pimienta
Indígena Wayuu