El sistema de salud colombiano atraviesa una crisis profunda, agravada por la administración del presidente Gustavo Petro. Las EPS, que deberían ser el pilar de la atención médica en el país, están al borde del colapso debido a reformas gubernamentales y deudas abrumadoras. Las medidas del gobierno, lejos de solucionar el problema, lo han intensificado, poniendo en riesgo la salud de millones de colombianos.
Crisis en las EPS: Deudas y Desesperanza
Desde el comienzo del mandato de Petro, se ha prometido una reforma radical del sistema de salud, con la intención de fortalecer la atención pública y reducir el rol de las EPS. Sin embargo, las reformas han desencadenado una serie de problemas financieros que han dejado a estas entidades al borde de la quiebra. Las EPS acumulan deudas millonarias, no solo con hospitales y clínicas, sino también con el Estado, que debe más de 2,6 billones de pesos.
Situaciones alarmantes como las de la Fundación Clínica Infantil Club Noel en Cali, con deudas superiores a los 65.000 millones de pesos, ilustran la gravedad de la crisis. En Antioquia, las deudas superan el billón de pesos, comprometiendo la operatividad de varios hospitales. En Santander, la red pública hospitalaria enfrenta deudas de 745.000 millones de pesos, con 32 de los 84 hospitales bajo planes de saneamiento fiscal. Estas cifras reflejan una crisis que el gobierno central no ha abordado con la seriedad requerida.
El Centralismo de Petro y la Falta de un Plan Financiero
El presidente Petro ha abogado por eliminar el sistema de intermediación de las EPS para implementar un modelo estatal más robusto. No obstante, las reformas no han estado acompañadas de un plan financiero claro para resolver la crisis de liquidez que enfrentan las EPS. Las intervenciones financieras, como la de Famisanar, han tenido efectos limitados, mientras que otras EPS continúan hundiéndose en deudas insostenibles.
Autonomía Fiscal: La Solución Necesaria
El enfoque centralista del gobierno ha dejado a las regiones en una situación de vulnerabilidad extrema. La falta de financiamiento y las demoras en los pagos han causado un colapso gradual de los servicios de salud. Es evidente que un sistema centralizado no puede satisfacer las necesidades específicas de cada región en un país con marcadas diferencias socioeconómicas y geográficas como Colombia.
La autonomía fiscal podría ser la solución que se necesita con urgencia. Permitir que los departamentos gestionen sus propios recursos a través de un referendo podría eliminar la dependencia de un sistema centralizado ineficaz. Esto permitiría a las regiones priorizar sus necesidades locales y destinar fondos a infraestructuras y personal médico esenciales para una atención adecuada.
Un Llamado a la Acción Inmediata
La crisis de las EPS no es solo un problema administrativo, es una emergencia nacional que afecta directamente a millones de colombianos. Si el gobierno de Petro sigue sin ofrecer soluciones claras y efectivas, el sistema de salud podría colapsar por completo. Es crucial tomar decisiones responsables y permitir que las regiones gestionen su salud de manera autónoma para evitar un desastre inminente.