Vengo de ancestras que, como viento bajo mis alas me enseñaron a ver el corral en la distancia. Médica psiquiatra feminista, en mi casa he criado, he cuidado amorosamente a mis dos hijos varones y les dejo un mundo con más compañeras de viaje.
El odio feminista al género está justificado. La necesidad vital trans del género está justificada. Dos orillas opuestas. El mismo tema: los derechos humanos
Para una hija es duro entender cómo el hombre que debería ser viento bajo sus alas es un patriarca que se las va cortando para hacer de ella una gallina de corral
Esta columna será mi voz, en coro con las mujeres que nos hemos negado a la subalteridad y me pregunto hasta dónde podré estirar la pita en un país intolerante